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La pequeña dijo a los médicos que ya logró su primer objetivo, hacerse famosa a través de los medios de comunicación, y ahora espera regalos, zapatos de tacones y ropa con brillo, porque muñecas ya tiene. Miró con ternura a los médicos para decirles “ustedes son siete, y quiero siete regalos”.
La cardióloga infantil Nancy Garay le practicó su primera ecocardiografía, cuyo resultado fue normal, sin signos de rechazo, ni de infección y está tolerando bien los medicamentos que le suministran para evitar complicaciones.
Además, se muestra alegre, bromea y está muy comunicativa, cuenta lo bien que se siente, aunque el momento crítico aún no fue superado. Recién entre el cuarto y séptimo día se puede tener un panorama claro sobre su situación.
La niña empezó a sentarse en su cama y a probar tolerancia a los líquidos, ingiriendo agua y luego jugo, dijo su doctora.
De seguir evolucionando favorablemente, mañana se le retirarán los tubos que quedaon luego de la cirugía y el marcapasos, porque el corazón que le donaron late bien. El equipo médico planea incorporar otro medicamento antirechazo.
Los medicamentos que le serán suministrados ya no serán por la vía intravenosa, sino de forma oral.
Permanecerá bajo estricto control por espacio de dos semanas, tiempo en el que su nuevo corazón se adaptará a su cuerpo y viceversa. La paciente debe permanecer aislada.
Mientras siga su evolución podría seguir estudiando en el aula escuela hospitalaria con que cuenta la institución, a fin de no retrasar su formación educativa.
Liz recibió el corazón de una donante, que le fue trasplantado el jueves de madrugada en el Hospital Pediátrico Acosta Ñú.