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“Su mamá, su papá, su hijo, yo y un hermano, no entró su novia, no entró su exseñora, toditos se quedaron afuera”, relata Cucho a su esposa Gloria Rossana López Ramírez resaltando el lugar privilegiado que le reservó su amigo Quintana para el acto de juramento en la Sala Bicameral del Congreso.
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“¿Como le voy a dejar siendo que me dio ese lugar privilegiado, legalmente todo el mundo (estaba). Sabes que estaban todos los que le ayudaron en la campaña política, les encontré a todos; Elvio, el dueño de la casa de cambios, el socio de Jamil, el político, el que tiene todo traje, y sabes quién estaba en la punta ya otra vez. Vino su secretario y me dijo: vení un poco hacia acá Cucho. Ulises quiere que vos nomás entres, para más vos nomás tenés la invitación”, continuó relatando emocionado el presunto líder de un esquema de narcotráfico en el este del país.
Cucho no solo estuvo casi al lado de su amigo en la Bicameral del Congreso, sino que también luego el secretario del diputado preso le dijo: “Vamos a irnos cerca de los políticos, vamos a irnos ahí, vamos a tener todo” en la fiesta.
La fascinación de Cucho por el narcotraficante colombiano ya fallecido Pablo Escobar fue más que evidente desde su detención. Intentó copiarle la “Hacienda Nápoles”, tenía un cuadro suyo colgado en una de sus viviendas y hasta le emulaba frases de sus series, de las cuales era fanático.
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Lo que no pensó que es que también copiaría uno de sus errores que lo llevaron a Escobar a que se derrumbe su imperio: el acercarse a la política. “Ya me quería ir pero estoy muy bien acá, una locura esta gente. No le quiero dejarles por eso. Pero me voy a ir, voy a llegar en cualquier momento, no te vayas a preocupar, pero estoy muy bien atendido”, le comenta Cabaña a su esposa sobre la manera en que lo trataba el entorno de Quintana.
Finalmente en una parte se ponen a bromear con un fragmento de la serie de Escobar, recordando que justamente el narco colombiano cayó por su intento de incursionar en política. “Esas cosas de político son berraca, berraca, muy importantes”, bromea Cucho.
Para finalizar la anécdota, Cucho le comenta a su mujer que “estaba tomando cerveza y le dije (a uno de los presentes): No le va a gustar a mi señora que esté acá porque estábamos viendo la serie de Pablo Escobar y, nderakóre, dejate ya de eso (me iba a decir)”.
Efectivamente, pese a los nexos políticos que tenía, finalmente Cucho cayó en poder de la Fiscalía.