Crucificados inician otra semana de protesta

Catorce trabajadores de una empresa la Línea 49 “La Limpeña” iniciaron otra semana de protestas por el despido de 51 compañeros, presuntamente por haberse afiliado a sindicato.

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Diez de los “crucificados”, en su mayoría conductores, cumplieron así 19 días clavados, mientras que otros cuatro, entre ellos dos mujeres, se sumaron a esta forma de protesta hace 14 días.

Además, otros tres trabajadores les acompañan con las bocas atravesadas por clavos de seis milímetros desde hace doce días.

Todos ellos se encuentran en una parada de la línea 49 situada entre las ciudades de Limpio y Luque, ambas ubicadas en el Gran Asunción.

Los trabajadores protestan por el despido “injustificado” de 51 empleados de la empresa La Limpeña, que, según Juan Villalba, de la Federación Paraguaya de Trabajadores del Transporte, perdieron sus empleos por asociarse en un sindicato para “reclamar sus derechos laborales”.

“A nosotros no se nos pagan vacaciones, no se dan bonificaciones familiares, se trabaja mucho más de 8 horas por día. Los trabajadores se organizaron en un sindicato y les despidieron”, explicó Villalba.

Durante las protestas contra estos despidos, diez de esos trabajadores “crucificados”, además de Villalba, fueron imputados por una presunta “perturbación a la paz pública” y condenados a cumplir con medidas alternativas a la prisión.

“¿Cómo van a perturbar la paz pública diez personas que están crucificadas?”, se interrogó Villalba, quien denunció además que los imputados “no tuvieron derecho a defensa”.

Detalló además que el dueño de la empresa concesionaria del servicio que brinda la línea 49 es un diputado nacional, y opinó que la fiscal que dictó las imputaciones “sucumbió a presiones políticas”.

Villalba aseguró que otros cinco conductores podrían estar sumándose a las “medidas extremas de protesta”, como la crucifixión, en los próximos días, si la empresa no accede a readmitir a los 51 trabajadores despedidos.

En septiembre de 2013 diez conductores de autobús que trabajaban para la empresa Vanguardia permanecieron 63 días crucificados en protesta por el despido de 10 compañeros cuando intentaban crear un sindicato.

La protesta terminó cuando la compañía aceptó la reincorporación de nueve de ellos.

Otros tres chóferes de las compañías de transporte Alto Paraná y Pycasu se crucificaron y cosieron los labios con alambres el pasado mes de septiembre para reclamar su vuelta al trabajo tras la suspensión de los recorridos que realizaban.

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