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Desde hace más de un año, un grupo de extrabajadores paraguayos de la hidroeléctrica Itaipú Binacional, compartida entre Paraguay y Brasil, está apostado frente a la entrada de la Embajada de Brasil en Paraguay para reclamar cinco puntos que -afirman- les corresponde como "extrabajadores" y a los cuales, según denuncian, los extrabajadores brasileños sí accedieron.
Se trata de vales de alimentación, un anuenio (adicional del 1% por antigüedad sobre el salario mensual), productividad de 4% sobre el salario mensual, adicional por vacaciones y beneficios por desarraigo. Sin respuesta por parte de las autoridades responsables, algunos comenzaron a crucificarse y llevan entre 22 y 43 días clavados en una cruz.
Rosa Cáceres Benítez tiene 52 años y es de Ciudad del Este. Ella es una de las crucificadas y dice que allí se van a quedar a morir si es necesario. “Ahora estamos esperando una mesa de diálogo y esperamos una respuesta positiva”, dijo a ABC Televisión este jueves.
En noviembre del año pasado, los extrabajadores pidieron la mediación del Ministerio del Trabajo y el próximo 26 de enero mantendrán una reunión con el ministro, Guillermo Sosa. Los extrabajadores exigen a la binacional el pago de una indemnización de G. 3.500.000 a cada afectado por cada año trabajado.
Sobre el reclamo de estas personas, el titular de la Itaipú, James Spalding, ya había explicado que “no existe una relación laboral entre los exempleados de las ex empresas contratistas de la Itaipú y la propia Itaipú. Al ser construida la represa con empresas tercerizadas, la relación laboral es entre el trabajador y la empresa”, había dicho.
Es decir, según la versión del titular paraguayo, estas personas trabajaron para empresas privadas que fueron contratadas por la Itaipú para la construcción de la represa. Además, había dicho que no existe un registro fiable de cuántas personas son las que reclaman cobrar y que cada vez aparecen más.