El criminal de guerra nazi Martin Bormann, oficialmente declarado muerto en 1945, vivió en Paraguay y Bolivia después de la guerra bajo la identidad de un religioso, afirmó un colaboracionista belga, Paul van Aerschodt, en una entrevista publicada el sábado por el diario belga Derniere Heure.Condenado a muerte en Bélgica en 1946, Van Aerschodt, de 88 años vive en San Sebastián (España) donde se hace llamar Pablo Simons, y donde fue entrevistado por el periodista Gilbert Dupont del diario belga.
Paul van Aerschot afirma haberse reunido con Martin Bormann "cuatro veces hacia 1950" en La Paz, donde se había refugiado en 1947 "gracias a una visa obtenida en pocos días gracias a la intervención de un padre claretiano, monseñor Antezana.
Sus declaraciones deberían reactivar la controversia sobre la muerte del alto dirigente nazi, consejero de Adolfo Hitler, oficialmente declarado muerto en 1945, y suministrar nuevos elementos sobre el apoyo de la Iglesia a los criminales nazis prófugos.
"Bormann venía del Paraguay. Preparaba con unos veinte oficiales un golpe de Estado para derrocar a Perón en Argentina", relató.
Con el nombre de Agustín von Lembach, se hacía pasar por un padre rendentorista y llevaba sotana negra, lo que le divertía mucho", agregó. Incluso "celebraba comuniones, matrimonios, funerales y administraba los últimos sacramentos".
Paul van Aerschodt también frecuentó a otro criminal nazi, Klaus Barbie, detenido en Bolivia en 1983, juzgado en Francia en 1987 y muerto en Lyon en 1991.
El belga administraba un restaurante en La Paz, "El Corso", y residía en el barrio Florida de la capital, donde recibió a los dos nazis.
Detenido al fin de la guerra por haber colaborado con los nazis, Paul van Aerschodt se fugó de la prisión de Charleroi en 1945 y llegó a España donde estuvo detenido en el campo para extranjeros de Miranda del Ebro.
Gracias a la ayuda de un religioso pudo partir a Bolivia a través de la Argentina donde vivió hasta 1964 antes de volver a España.
A pesar de haber sido condenado a muerte, Van Aerschodt trabajó para las Naciones Unidas de 1969 hasta fines de 1976. Bélgica prescribió la pena de muerte en 1976, lo que le permitió ir periódicamente a su país.
Paul van Aerschot afirma haberse reunido con Martin Bormann "cuatro veces hacia 1950" en La Paz, donde se había refugiado en 1947 "gracias a una visa obtenida en pocos días gracias a la intervención de un padre claretiano, monseñor Antezana.
Sus declaraciones deberían reactivar la controversia sobre la muerte del alto dirigente nazi, consejero de Adolfo Hitler, oficialmente declarado muerto en 1945, y suministrar nuevos elementos sobre el apoyo de la Iglesia a los criminales nazis prófugos.
"Bormann venía del Paraguay. Preparaba con unos veinte oficiales un golpe de Estado para derrocar a Perón en Argentina", relató.
Con el nombre de Agustín von Lembach, se hacía pasar por un padre rendentorista y llevaba sotana negra, lo que le divertía mucho", agregó. Incluso "celebraba comuniones, matrimonios, funerales y administraba los últimos sacramentos".
Paul van Aerschodt también frecuentó a otro criminal nazi, Klaus Barbie, detenido en Bolivia en 1983, juzgado en Francia en 1987 y muerto en Lyon en 1991.
El belga administraba un restaurante en La Paz, "El Corso", y residía en el barrio Florida de la capital, donde recibió a los dos nazis.
Detenido al fin de la guerra por haber colaborado con los nazis, Paul van Aerschodt se fugó de la prisión de Charleroi en 1945 y llegó a España donde estuvo detenido en el campo para extranjeros de Miranda del Ebro.
Gracias a la ayuda de un religioso pudo partir a Bolivia a través de la Argentina donde vivió hasta 1964 antes de volver a España.
A pesar de haber sido condenado a muerte, Van Aerschodt trabajó para las Naciones Unidas de 1969 hasta fines de 1976. Bélgica prescribió la pena de muerte en 1976, lo que le permitió ir periódicamente a su país.