Río, en nivel crítico: hay 25.000 damnificados

ASUNCIÓN. La crecida del río Paraguay, que alcanzó hoy su altura crítica de 5,5 metros a su paso por Asunción, ha desplazado a unas 25.000 personas, que se instalan ahora en refugios militares, plazas y avenidas.

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Unas 5.345 familias, con cinco miembros de media, han salido ya de sus casas en las últimas dos semanas, según cifras facilitadas a Efe por la Municipalidad de Asunción, que intenta contener la emergencia entregando a los afectados placas de madera y zinc, así como mantas y paquetes de alimentos no perecederos.

Quienes no están instalados en los refugios del Gobierno, lo están haciendo en lugares públicos y lejos del río, en su tercer año de subida consecutiva.

Ello pese a que el pasado 6 de junio el intendente de Asunción, Arnaldo Samaniego, firmó una resolución que prohíbe la ocupación de “plazas, parques, avenidas, paseos” y otros espacios públicos de la ciudad, una medida que fue criticada por algunos grupos políticos opositores, como el Frente Guasu, del expresidente Fernando Lugo.

La mayoría de los desplazados son habitantes de los barrios más pobres de Asunción, conocidos como los “bañados”, precisamente por su cercanía al río y a la bahía de la ciudad. O de la Chacarita, uno de los barrios más antiguos de la capital, cuyos pobladores se han visto obligados a ubicarse en las plazas del casco histórico de la ciudad, frente al Congreso Nacional, el Palacio de Gobierno y otros edificios gubernamentales.

“En esa zona la situación es crítica y cerca no hay donde albergarlos. Ojalá que el río no siga creciendo”, dijo a Efe Andrés Granje, portavoz de la Municipalidad.

Frente al Congreso ha construido una frágil estructura María Eugenia Cabaña, de 26 años, ayudada de su madre y sus hijos. Son 10 miembros de la familia en una caseta de madera de 6 metros por 8 metros.

“Por la casa de mi mamá ya pasó el agua y hay que agarrar todo porque sube sí o sí y hay muchos bichos que vienen”, dijo a Efe Cabaña.

“El año pasado fue un desastre, subió muchísimo el agua. Estuvimos seis meses desplazados y ahora solo llevábamos tres meses en casa y ya nos toca movernos otra vez”, lamentó la mujer, que asegura que tener que construir una nueva casa impide a los miembros de su familia salir a trabajar en sus empleos habituales.

Según Dayan Martínez, otro afectado del barrio de la Chacarita, la Intendencia les ha prohibido acampar en lugares más visibles de Asunción por la llegada del papa, que estará en Paraguay entre el 10 y el 12 de julio.

“Dicen que arriba no se puede porque el papa va a venir y que eso queda muy mal y que va a haber mucha prensa y quieren escondernos. Pero ¿dónde van a esconder a 5.000 familias? No sé cómo quieren salvar esto, quieren tapar con un dedo algo que ya está a la vista”, declaró a Efe el joven.

Entre los desplazados asuncenos también comienzan a aparecer miembros de comunidades indígenas que llegan desde la región del Chaco, donde las lluvias han dejado sin caminos de acceso a muchos nativos que ahora ven limitados sus medios de subsistencia.

Belagio González, llegado desde la ciudad de Concepción, a unos 300 kilómetros, lleva cinco días viviendo frente al Palacio de Gobierno, esperando a que el próximo lunes el Instituto Nacional del Indígena (INDI) le atienda, junto a su mujer, para llevar víveres a su comunidad. Mientras tanto se refugian bajo un árbol, con una pequeña fogata y poco abrigo.

Según la Dirección de Meteorología e Hidrología, del 11 de abril a hoy, el río Paraguay ha crecido de los 2,71 metros a los actuales 5,50.

Además han comenzado a registrarse nuevas lluvias y se ha anunciado la llegada de un frente frío para el fin de semana.

El año pasado el nivel del río Paraguay a su paso por Asunción superó los 7 metros de altura y provocó más de 85.000 desplazados en la capital y un total aproximado de 200.000 personas afectadas en todo el país.

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