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Ninguno de los nueve ministros que conforman la Corte Suprema de Justicia vive en el interior del país. Todos residen en Asunción y en ciudades aledañas, pero mensualmente cada uno recibe G. 5.600.000, en concepto de vale de combustible, para movilizarse. Los integrantes de la máxima instancia solo recorren unos pocos kilómetros desde sus casas hasta el Palacio de Justicia de Sajonia, donde hacen oficina, pero tienen asignada una desproporcionada cantidad de dinero para el combustible.
A modo de hacer legal este gasto, en la resolución por la cual se autosignan ese dinero hacen constar: “Que conforme al artículo 3º inciso b de la Ley Nº 609/93 son deberes y atribuciones de la Corte Suprema de Justicia, en pleno 'dictar su propio reglamento interno, las acordadas, y todos los actos que fueren necesarios para la mejor organización y eficiencia de la administración de justicia'”.
Basándose en esta ley, los ministros pueden asignarse millonarios cupos de combustible, también viáticos y otros gastos; de hecho, lo hacen y acá una prueba de ello. Nadie controla cómo ni en qué vehículos van a parar estos cupos de combustible que mensualmente se les otorga.
Haciendo un cálculo, en base a que los ministros tienen en su mayoría vehículos movidos a gasoíl y que este combustible tiene un precio promedio de G. 7.000, con el vale que reciben pueden comprar 834 litros mensualmente. ¿Qué vehículo consume semejante cantidad de gasoíl en 30 días si solo se moviliza en Gran Asunción?
La máxima instancia también asigna G. 1.400.000 en cupos de combustible para la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia y para el Consejo de Superintendencia, mientras que la Dirección General de Registros Públicos tiene un vale de G. 2.400.00 y la Dirección Nacional del Registro del Automotor uno de G. 1.000.000
Así prosigue la asignación de combustibles para jueces de diferentes fueros y el monto mensual que se gasta solo en ese rubro es varias veces millonario.