A Dios rogando... y a la vez cobrando

Misa, novenario, procesión y hasta recaudación de limosnas son personalmente dirigidas desde la Dirección Gral. de Auditoría Institucional de la Contraloría. Mientras rezan en horario de trabajo, el control del dinero público hace aguas por todas partes.

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En horas de trabajo y con la organización de la propia Directora General de Auditoría, Célia Fátima Cardozo, los funcionarios de la Contraloría llevan a cabo colectas, procesiones, misas, brindis después de la eucaristía y hasta novenarios en honor a la Virgen de la Rosa Mística.

El 27 de junio pasado, por ejemplo, comenzó el Novenario (nueve días de rezos) que realizaban desde las 12:30 en el subsuelo de la Contraloría. El 11 de julio último hicieron una misa en pleno horario laboral, a las 7:00. Culminada la misa, se obligó por correo interno que todos los funcionarios llevaran aportes en “bocaditos dulces o salados y gaseosas para compartir al término de la Celebración Eucarística con todos nuestros hermanos en Cristo”. Si fue una misa con homilía ya perdieron una hora de trabajo, y si a eso se le suma el brindis, fácilmente dos horas laborales se perdieron en una actividad que nada tiene que ver con la función pública asignada.

No contentos con el Novenario, la Misa y el profano brindis posterior a la celebración –todos en horario de trabajo- en julio también hicieron una procesión. Varios funcionarios de la Contraloría tuvieron que salir a la calle a dar una vuelta en honor a la Virgen, por supuesto también en horario laboral.

Sin embargo, las demostraciones espirituales tuvieron su toque profano con la recaudación. A través de una circular interna se solicitó a los funcionarios que depositaran dinero en unos sobres que debían ser entregados a más tardar para el martes 1 de julio último. Bajo el nombre de “Colecta General Solidaria” se pidió expresamente a los funcionarios que, “para solventar los gastos inherentes al evento y ayuda solidaria a nuestra Parroquia, por Direcciones Generales” (sic), repartieron unos sobres en los cuales tuvieron que poner dinero para luego “devolver en su totalidad en fecha martes 1ro/julio/14”.

Los correos fueron emitidos oficialmente por la propia Dirección de Comunicación de la Contraloría (DIRCOM) y se adjuntaba a ellos la circular donde consignaron el nombre de una parroquia y la “Comisión de Liturgia Rosa Mística de la Contraloría General de la República”.

Para cualquier información se consignaba un número de interno donde atendían los reclamos espirituales, “interno 380 con Lic. Nélida o Gloria”. ¿La Coordinación? La mismísima Directora de la Dirección General de Auditoría Institucional de la Contraloría, la Lic. Celia Cardozo.

El 8 de agosto último volvieron a tener una última misa que ya provocó el hastío de varios funcionarios que denunciaron la situación. “Cierran toda la entrada en la hora en que tenemos que entrar, obligatoriamente hay que quedarse allí, como si ya no fuera suficiente todo lo que nos bajan la caña a los funcionarios públicos”, denunció uno de ellos.

La Contraloría tiene en su propio edificio un altar dedicado a la Rosa Mística que no resultaría inconveniente para nadie… de no ser que institucionalizaran la religión en un Estado laico como reza la Constitución Nacional.

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