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La neuroeducación plantea una nueva mirada más flexible, realista y adaptada al contexto personal y local, en consonancia con el ser humano, explicó la Dra. Nadia Czeraniuk, rectora de la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE), que organizó el evento junto al Instituto Superior de Educación Divina Esperanza el pasado 30 de mayo y 1 de junio.
“(La neuroeducación) está presente en diversas metodologías de aprendizaje activo y fomenta el desarrollo de competencias para la vida. Acompañada de un elemento fundamental y vertebrador, la emoción. Queremos compartir diferentes miradas, profundizar, abrir nuevas líneas y promover la investigación paraguaya en estas temáticas”, explicó Czeraniuk.
El evento contó con ocho conferencias magistrales a través de expertos, seis seminarios y la presentación de 54 investigaciones previamente postuladas y aceptadas por un comité científico. Hubo 129 autores de Ecuador, Perú, Argentina y Paraguay y los trabajadores se presentaron en seis salas temáticas.
“La universidad tiene y asume la responsabilidad de contribuir a la mejora educativa y social, e invita a la sociedad intervenir en el proceso. Nuestro cerebro, emocional y racional, necesita de retos, de desafíos. El más difícil de todos es mejorarnos a nosotros mismos como profesionales de la educación para contribuir a la urgente transformación educativa que Paraguay necesita”, manifestó Czeraniuk.
Las conferencias estuvieron a cargo de destacados especialistas: Maria Del Mar Bernabé, desde la Universidad de Valencia, España; Nelly Alvarez (Universidad Bernardo de O´Higgins, Chile), Maria Martha Sturla (Universidad de la Cuenca del Plata, Argentina); Victoria Poenitz (Red Iberoamericana de Neurociencia, Argentina); Rocío Florentín (Especialista en Neuropsicología e Inclusión, Paraguay); Roberto Rosler (Asociación Educar para el Desarrollo Humano, Argentina), Miguel Velázquez (neurólogo, Paraguay), entre otros.
La participación de disertantes internacionales fue posible gracias a la cofinanciación de CONACYT, con adjudicación del proyecto VEVE 19-31 y fue declarado de “Interés científico” por el Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt), la Gobernación de Itapúa y la Municipalidad de Encarnación.