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En el marco del juicio oral y público a las procesadas Rumilda Estela Giménez y Juana Bernal Maíz, quienes están acusadas por privación ilegítima de libertad y asociación criminal, por el secuestro de Luis Lindstron, ocurrido en el año 2008.
Durante la audiencia pública prestó declaración testifical un sobrino de la víctima, quien aseguró que su tío efectivamente fue secuestrado por parte del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo. Esta persona en todo momento habría acompañado la negociación para el rescate del secuestrado.
En su testimonio afirmó que la familia abonó la suma de 130.000 dólares para que su tío obtenga su libertad, y que uno de los secuestradores se apodaba o usaba el alias de “Lucio”. Éste habría sido Manuel Cristaldo Mieres, quien tuvo contacto directo con la víctima en el momento de su liberación.
En otro pasaje de su relato, recordó que Lindstron le habría manifestado que en su cautiverio sufrió varias torturas psicológicas, y que el grupo criminal tenía supuestamente apoyo logístico, porque con facilidad conseguían los elementos básicos, tanto para la alimentación como el de contar con cargadores de batería para celulares y computadoras portátiles.
Además el testigo expresó que, “con el tiempo se logró descubrir que la casa donde se encontraba mi tío Lindstron en cautiverio, pertenecía a Alejandro Ramos”.