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La denunciante es Tanya Villalba, una joven diseñadora de calzados que circulaba por Mariscal López cuando fue “alteada” por los efectivos. Debido a que no habría querido pagar la coima, pasó la noche en la Comisaría 11, a la cual ni siquiera le correspondería la jurisdicción de la zona.
Raúl Chávez se lamentó “que pena que esto esté arraigado en la sangre de estos agentes, si es cierto lo denunciado por la víctima”. Silvio Ruíz señaló que los policías habrían cometido delitos de “tenencia de drogas, extorsión, chantaje y coacción mínimo”. Fede Bogarín, por su parte, apuntó a la corrupción en un sentido más amplio diciendo que “la policía deja campo libre a los motochorros y cada fin de semana van a retirar la comisión de ellos, por eso hay más asaltos”.
Sandra Kolman manifestó que “las comisarías implantan no solo droga, también armas y cuando hacen control de motos ellos nomás son los fiscales cobrando la falta administrativa”. Marcelo Figueredo felicitó la orden de detención: “Aplaudo la decisión de la Fiscalía, al fin alguien castiga a estos coimeros”. El lector José Gamba planteó: “Imaginen si la 'Ley Pastor Coronel' era aprobada, los policías iban a tener vía libre para cometer todo tipo de atropellos”.
Betino González propuso que “la justicia debe actuar con mano dura, porque si esto se desborda estaremos en un ambiente de delincuentes disfrazados de policías”. Miguel Fiori cuestionó: “¿Los policías pueden acaso tener alegremente drogas en su poder? Por esa tenencia también deben ser imputados”. Gabriel de Gasperi recordó que “existen normas que deben cumplir los policias para hacer una revision en el vehículo. Cuidado con eso”.
Sebastián Cuevas terminó diciendo: “Los que amamos a nuestra familia y a nuestros hijos, por favor, tengamos todo el cuidado posible con todos los policías del Paraguay”.
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