Con licencia para proteger la nueva vida

CAAPUCÚ, Paraguarí. En la alejada compañía Charará, distante a 30 kilómetros del casco urbano, se desarrolló una historia que desafió a la vida de una madre que acababa de dar a luz y a la determinación de profesionales de la salud para brindar asistencia

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En la madrugada del domingo, la naturaleza decidió sorprender a la señora Marcelina Olmedo, una madre de 34 años quien ya trajo al mundo otros cinco hijos, todos ellos en el hospital y ahora esperaba a su sexto descendiente.

Los trabajos de parto habían iniciado desde tempranas horas, y ante la imposibilidad de poder ir a un centro asistencial, debido a que las constantes precipitaciones dejaron completamente intransitable el único camino que va de su vivienda a la zona urbana de la ciudad, una experimentada mujer, la abuela de la casa, con la experiencia de sus 85 años, ofició de partera y ayudó a que el pequeño, un robusto varón de 3,7 kilos, llegue sano y salvo al mundo.

Sin embargo, una hemorragia y una retención de placenta pusieron en peligro la vida de la gestante, a kilómetros de cualquier centro asistencial. Alrededor de las 6:00, la Licenciada en Obstetricia Patricia Villalba Peralta, se encontraba en su casa, fuera de servicio, cuando recibió una llamada que la alertaba sobre la emergencia, por lo que casi de inmediato un equipo salió rumbo a la aislada vivienda, con el tiempo jugándoles en contra.

Como era de esperarse, el calamitoso estado del camino de tierra, convertido en lodo, impidió que la ambulancia con los profesionales pudieran acercarse al sitio, por lo que en una demostración de valentía y abnegación, se descalzaron, tomaron los insumos médicos y la camilla y se dirigieron hasta la madre en apuros.

“La familia está aislada, son dos casas nomás en esa zona, en el centro del estero, tuvimos que caminar descalzos un kilómetro y conseguimos llegar hasta la casa. La madre estaba pálida, sudorosa, estaba perdiendo bastante sangre y procedimos a canalizarle, administrarle medicinas para ayudar a la expulsión de la placenta”, detalló la Lic. Villalba Peralta.

La obstetra detalló que la condición de la mujer no mejoraba, por lo que tuvo que realizar una maniobra decisiva, que debe ser practicada con anestesia general, con lo que tras el procedimiento de hecho de forma manual – con una duración de poco más de 30 minutos – la mujer pudo expeler la placenta.

Tras estabilizar la condición de la paciente “tuvimos que sacarla a pulso. De nuevo un kilómetro por el barro y lo logramos con la ayuda de varias personas. Luego, la llevamos al hospital de Caapucú, donde está internada en buenas condiciones. Ya está con tratamiento de antibióticos”, señaló.

“Lo importante era salvar a una mamá. Hasta la fecha no tenemos muerte materna en esta ciudad, hacemos lo imposible, sobre todo porque las obstetras del departamento de Paraguarí estamos en zonas muy difíciles y podemos decir que tenemos una buena preparación académica para hacer este procedimiento que, generalmente se practica con anestesia general por el dolor que causa, pero en este caso era una emergencia y teníamos que actuar”, dijo.

La especialista refirió que es normal que ocurra este tipo de episodios en esa zona, y recordó uno similar en el que participó el pasado Viernes Santo donde de igual manera a causa de la imposibilidad de transitar por tierra, sacaron a una mujer en apuros por complicaciones postparto, en una silla. “Es de esperarse, Caapucú es el distrito más grande del departamento y tiene compañías muy dispersas, no tiene caminos, no hay transporte y la gente está en la extrema pobreza, no cuentan con medios de transporte”.

Sostuvo que, gracias al apoyo del intendente local, el director del Centro de Salud y la Gobernación, no faltan los medicamentos para la población hasta el momento.

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