Compra y venta de cédulas, pecado “no tan chiquito”

MARISCAL ESTIGARRIBIA. El obispo del Vicariato Apostólico del Pilcomayo (VAP), Mons. Lucio Alfert, advirtió que la compra y venta de cédulas es un fraude electoral, una traición al país y “lo calificamos también como un pecado, y no tan chiquito”.

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“Es un pecado para los dos: el que compra y el que vende”, dijo.

El obispo sostuvo que la compra de cédulas es peor, porque el comprador está mejor preparado, sabe lo que está haciendo, tiene más autoridad. El vendedor es menos instruido, tiene necesidad de comer, y el comprador hace abiertamente un negocio con esto, añadió.

Alfert instó a los indígenas a que sean conscientes y “no vendan su libertad por un poco de platita o comida”. Destacó que hoy día ya existen aborígenes que eligen conscientemente, ya no venden sus cédulas, un flagelo que “antes hacía todo el mundo”. Y están también aquellos “que entran en el juego, aceptan la comida, pero después eligen a otro”.

Pese a un ambiente de indecisión de muchos electores que no saben a quién votar “porque no hay opción”, Alfert exhortó a ir a participar en las elecciones, porque es una obligación moral y ciudadana. Dijo que no se puede estar ausente y después criticar.

Calificó el fanatismo ciego por un partido o color de antidemocrático e irresponsable, porque “no evalúa los candidatos ni el programa, simplemente por pertenecer a un partido se lo vota, aunque no sirve para nada”. Advirtió por candidatos que son conocidos corruptos, deshonestos, incapaces, pues elegirlos significa destruir al país.

El obispo exhortó a votar por candidatos que defienden la naturaleza, garantizan la educación, salud y la desmonopolización de las tierras. Aseguró que la elección de personas capaces y honestas solo será posible si se elimina las listas "sábana" y el ciudadano puede elegir con un voto al partido y con otro a una persona determinada.

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