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La poda es el corte parcial o total de las ramas vivas o muertas de una planta. Cuando se ha de podar un árbol se debe tener en cuenta el reposo vegetativo del mismo, es decir, durante el otoño o el invierno.
Sobre la época de poda, señala el ingeniero forestal Enrique Benítez León, de la Facultad de Ciencias Agrarias (UNA), que dependiendo del grado de intervención, momento de floración y fructificación de las especies, se debe apuntar a periodos oportunos. Si las heridas no son muy drásticas (podas livianas), por lo general se puede podar tanto en invierno como en primavera.
“Para las heridas de poda realizadas en el inicio de la primavera, la cicatrización es más rápida que en otras épocas. El verano es frecuentemente la época más adecuada para realizar la poda de limpieza, porque las ramas enfermas, secas, o mal nutridas son más visibles en esa época, por otra parte, las ramas cruzadas que afectan la estética serán eliminadas con más facilidad en el invierno, cuando tratamos con árboles que pierden sus hojas en esa época”, puntualiza.
La poda indiscriminada o mal hecha puede ocasionar daños al árbol, dejando que las heridas se extiendan por la corteza hasta el cámbium e incluso hasta el leño. Las heridas proceden de golpes contra el tallo, cortes mal dirigidos y desgarraduras de la corteza y del leño, entre otras cosas.
De la práctica mencionada resulta, en el mejor de los casos, una reducción drástica del crecimiento, inclinaciones y deformaciones del tronco forzadas por la desproporción del peso de las copas. La tendencia es la fractura de ramas o el derribo final, por la presión ejercida sobre las raíces.
En este sentido, Benítez León explica que la poda es una operación de corte de las ramas que puede ser considerada liviana cuando se corta poco, pesada cuando se corta mucho y drástica cuando se corta en demasía, este último pudiendo llegar a convertirse en una mutilación en algunos casos muy extremos, pero asegura que si es bien realizada no perjudicará el desarrollo de la planta.
Para la realización de la poda, el experto informa que se debe cuidar que la distribución de las ramas sea simétrica al árbol en el momento de practicar la técnica de la poda. "Otro aspecto muy importante a considerar es la edad del árbol, cuánto más añejo el árbol se vuelve más sensible a la poda", agrega.
En relación a las herramientas y equipos necesarios para la poda, dependiendo de la fase de desarrollo de la planta, es frecuente el uso de tijeras de podar, sierras manuales, e inclusive, motosierras durante las operaciones de poda. Herramientas convencionales, como machetes o hachas son recomendados solamente para reducir el tamaño de las ramas ya podadas, para facilitar el transporte. “Es importante comprender que los equipos utilizados son facilitadores de trabajo, y su utilización lleva a una correcta práctica y a cuidar la seguridad del operador y el entorno más próximo de donde se realiza el trabajo”, dice el profesional.
Por su parte, el ingeniero forestal, Osvaldo Turlan Medina, director del Área de Proyectos de la Fundación A todo Pulmón, se refirió a las técnicas de poda.
Además de la poda comercial, para la producción de madera, señala que existen otras como la estética que puede darse en un arbusto o árbol hacia dónde quiere orientarse el crecimiento.
“Si queremos ramas laterales, vamos a podar las ramas que están hacia arriba, que no tenga crecimiento de ramas en altura. Si queremos que crezca en altura y no a los costados, se podarán las más bajas”, explica.
Indica además que a veces las ramas son por precaución, como por ejemplo, las que afectan al tendido eléctrico, cuya poda es recomendable que la hagan sólo profesionales de la Municipalidad o de la ANDE.
En caso de árboles frutales, “debemos dejar las ramas de abajo para que sea más cercano y no tener que utilizar escaleras para recolectar los frutos”.
También existe un tipo de poda para evitar incendios forestales, sobre todo en plantaciones. “La poda se hace en las ramas bajas para lograr un tronco limpio, porque si hay muchas ramas y sobre todo secas, el fuego agarra todo el árbol y contagia al que está al lado”.
Por último, existe además una poda de sanitación, cuando hay ramas que están enfermas o se le detectan plagas. “Esas ramas se podan, pero cuando el árbol ya está muy enfermo se tiene que eliminar”, afirma.
A su criterio, la mejor época para una poda de inverno es entre los meses de abril hasta julio, porque en la temporada otoño-invierno hay menos actividad fotosintética (si no se dan altas temperaturas, como suele ocurrir en nuestro país) porque el impacto es menor, hay menos producción de savia, menos posibilidad de contraer enfermedades del árbol.