¿Cómo mejorar la educación en Paraguay?

Tras la renuncia de la ministra de Educación, Marta Lafuente, luego de tres días de protestas estudiantiles, Raúl Gauto, presidente de la organización Juntos por la Educación, analiza los pilares básicos para optimizar la educación paraguaya.

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Los últimos hechos de corrupción destapados por la prensa fueron el detonante para que los alumnos de colegios públicos se alzaran contra el sistema, con una única exigencia: la renuncia de la ministra de Educación. Pero, ¿es ésta medida la que permitirá que la educación en Paraguay mejore?

El presidente de Juntos por la Educación, en comunicación con ABC Color, sostiene que para que esto suceda, se necesita un pensamiento estratégico nuevo y revolucionario. “Tenemos que tomar a los docentes como eje central y mirar todos juntos. Hay que tener mirada grupal, trabajar con los jóvenes, con el empresariado, con la sociedad civil y con el Gobierno”, subrayó.

Como punto de partida, Gauto apuesta a la docencia, y propone analizar cuáles son los obstáculos que impiden que los educandos sean mejores y rindan al máximo en las aulas. Su apuesta es trabajar en incentivos para que los docentes dediquen más tiempo en el aula y también a que prioricen su propia formación, es decir, motivarlos con incentivos pero a cambio de mayor responsabilidad.

El segundo punto que enfoca es la infraestructura, que solo se logra mediante la inversión. “El Fonacide tiene que estar dentro de un marco más amplio, la descentralización es una parte pero la eficiencia de las construcciones y el control de gastos es imperante mejorar”, resalta y añade que se deben diseñar nuevos métodos de distribución de los recursos, mejorar los modelos de escuelas, controlar la calidad de gastos y sobre todo, controlar a quienes controlan . “De una manera un poco más revolucionaria, podemos hacer más veloces las inversiones”, enfatiza.

“También hay que hablar del financiamiento, debe ser predecible, plurianual e incrementado. Hay que definir en qué rubros hay que gastar, cuáles recortar y quiénes van a controlar y en este proceso se debe incluir a la sociedad civil, y al empresariado y a los propios estudiantes, para que el manejo sea más transparente”, expone.

Sobre este punto, sostuvo que es imperante pensar en futuro a largo plazo, como el dinero que estará disponible para el país en 2023 cuando Itaipú termine de pagar la deuda. “Eso debe dedicarse fuertemente en educación”, por ejemplo, con becas a paraguayos para que se formen en PhD y luego sean empleados para formar a los futuros docentes.

Sin embargo, no todo lo que le hace falta a la educación paraguaya necesariamente es proyecto a largo plazo, dice, ya que para planes a corto plazo la cartera de educación cuenta con 67 millones de dólares para invertir en 500 unidades educativas “ya está casi listo, solo tienen que acelerarse los procesos de inversión y de rendición de cuentas”. También expone como recurso viable presentar un proyecto de ley que flexibilice las adjudicaciones en materia de obras, siempre acompañado de “mayor y mejor contraloría ciudadana”.

También manifiesta que el MEC posee 43 millones de dólares a ser aplicado en formación de los educadores, pero carece de una forma de aplicar. “Si podemos destrabar eso, podemos conseguir que se formen los docentes antes de fin de de año”, augura.

Otra medida a corto plazo que propone es la de presentar al Congreso una carta orgánica del Ministerio de Educación, lo que permitiría que los siguientes ministros gobiernen con mayor eficiencia, ya que no tendrán que decidir “arbitrariamente” la estructura del ministerio.

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