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Anoche, Román Caballero Cáceres (59), de profesión albañil, se atragantó con un pedazo de carne asada y, luego de ir al Centro de Salud de Areguá y no encontrar a nadie, no aguantó y falleció.
El fin de semana, Julio Almada (67) también falleció por atragantamiento con asado, en Caacupé.
Ambos decesos se pudieron haber evitado si se aplicaba esta técnica, conocida en todo el mundo como la Maniobra Heimlich o compresión abdominal subdiafragmática.
Se trata de una técnica de primeros auxilios que, básicamente, consiste en cerrar los puños alrededor de la persona y realizar una medición entre el ombligo y la costilla.
Allí se encuentra el diafragma, que debe ser presionado por lo menos cinco veces seguidas, hacia arriba.
Esta acción, a su vez, presiona la respiración de la persona para expulsar lo que se quedó atascado en la garganta, de acuerdo a un manual de la Cruz Roja.
Si el objeto no es expulsado, el socorrista debe buscarlo en la boca del afectado con uno de los dedos.
En el caso de que la víctima esté inconsciente, se debe realizar soplos de respiración. Previamente, se lo debe acostar con la cabeza inclinada hacia arriba y entonces realizar los soplos boca a boca.
Posteriormente, se debe hacer 30 compresiones en el pecho. Si ve que se aproxima un objeto en la boca, éste debe ser sacado inmediatamente.
Al mismo tiempo, se debe llamar a Emergencias, para que la víctima pueda ser asistida en un hospital cuanto antes.