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Se trata del comisario principal Enrique Darío Isasi Galeano, jefe de la comisaría 5ª Central de la ciudad de Ypacaraí, que -según un informe policial- reprendió al subcomisario Gustavo Errecarte, subjefe de la comisaría 9ª Central de Limpio por haber demorado para verificaciones a la esposa de Isasi, Nidia Raquel Báez de Isasi.
De acuerdo al parte emitido desde la sede de Limpio, a las 16:15, sobre la calle desvío a la Compañía Salado y ruta San José de esta ciudad, fue verificada Nidia Báez (39), funcionaria del Ministerio Público, a bordo de una camioneta de la marca Mitsubishi, color plata, con matrícula acrílica AUG 931, en presunta situación irregular.
En el momento de la intervención, la matricula del vehículo fue consultada vía telefónica al Departamento de Control de Automotores, desde donde se informó que la chapa no se halla registrada como expedida en el Registro del Automotor, según la base de datos. En ese instante, la mujer manifestó ser funcionaria de la fiscalía.
Cerca de las 16:27, “recibo llamada telefónica en la línea corporativa asignada a mi uso, desde el número con registro K 5 identificándose el llamador como el Crio. Ppal. MCP Enrique Darío Isasi Galeano, jefe de la Comisaría 5ª Central”, manifiesta el parte policial emitido. En otro apartado, “luego de increparme por haber molestado a su esposa teniendo yo, según el mismo, la obligación de conocerla, comenzó a amenazar con perjudicar al personal interviniente”. La oportunidad de la comunicación fue aprovechada por la mujer, que emprendió la marcha nuevamente retirándose del lugar.
En mayo de este año, el por entonces jefe de Policía de Amambay, comisario principal Enrique Darío Isasi Galeano, abrumado por la incontenible ola de atentados y ejecuciones en su jurisdicción, a través de la frecuencia policial, amenazó a sus subalternos. Isasi cuenta con antecedente por homicidio, crimen por el cual estuvo preso varios años; llamativamente, consiguió posicionarse con la actual cúpula, incluso después de un grave altercado que había sostenido frente a varios otros comisarios con el mismo Francisco Alvarenga, cuando este último era director de la Escuela de Estrategia Policial.