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Desde hace más de una semana, estos camiones aguardan en el país vecino la provisión del Gas Licuado del Petróleo (GLP), para atender al menos una parte de los requerimientos locales, que según las estadísticas oficiales de venta, proveídas por Industria y Comercio, rondan los 7 millones de kilos mensuales.
El presidente de Capagas, Pedro Ballota, informó que en esta primera partida se estarían trayendo 600.000 kilos, pero posteriormente habrá más cargas hasta completar 1.500.000. A partir de la llegada de estos camiones, se comenzará a tener garrafas para uso doméstico, en primer lugar, y luego GLP para las industrias y finalmente para las estaciones de servicio (“autogas”), de acuerdo con el orden de prioridades indicado.
Este mes se ha estado trayendo gas de YPF de Bolivia, Refinol y Enarsa de Argentina. Pero no fue sencillo conseguir el cargamento de referencia, debido al cambio del director de la Secretaría de Energía de Argentina, que “hizo variar el terreno” previsto, explicó Ballota. Incluso, hizo falta la intervención de la Embajada y de Relaciones Exteriores, agregó, para cerrar el negocio. No obstante, se estima que para el próximo mes ya no habría problemas de provisión, ya que desde ahora se comenzarán a realizar las gestiones correspondientes.
En total, prevén que en el corriente julio cerrarán con una provisión de 4 millones de kilos de GLP, muy por debajo de la cifra suministrada el mismo mes del año pasado, cuando se alcanzaron los 6.180.088 kilogramos. En el 2013, según informes de Industria y Comercio, los dos meses en los que se registraron mayor venta fueron mayo y julio, con 8.648.844 y 7.768.379 kilos, respectivamente.
Teniendo en cuenta la escasez de gas, que cada año se registra en épocas de frío por la menor provisión de Argentina, las amas de casa optan por alternativas a la cocina tradicional, como por ejemplo, las placas a inducción, los hornos eléctricos y microondas, principalmente en Asunción y el Área Metropolitana. En las zonas rurales, mayormente se utiliza carbón y leña, según la Dirección General de Estadísticas Encuestas y Censos (DGEEC).
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) 2013 de la DGEEC reveló que el 78% de la muestra cuenta con cocina; el 41,80% tiene horno eléctrico y el 25,60%, microondas. La mayoría utiliza gas para la cocción de alimentos, pero gran parte de la población utiliza combustión alternativa.
Las cocinas tradicionales se consiguen desde G. 600.000 (cuatro hornallas), según se verifica en la página web de González Giménez, en tanto que las placas a inducción, a partir de G. 300.000 (una hornalla) con olla de obsequio. Precios similares se manejan en otras casas de electrodomésticos de Asunción, como Bristol y Enrique Matalón.
Javier Borja, del área de Ventas de González Giménez, señaló que entre las alternativas a la cocina tradicional, los compradores buscan placas a inducción antes que las eléctricas. Comentó que la marca “Mansui” se ofrece ahora con una olla de regalo a G. 257.500 con tarjeta de crédito y G. 585.000 de la marga “Livetech” con kit de ollas y pailas.
Desde hace más de cinco años comenzaron a llegar al mercado local las cocinas eléctricas y a inducción, como alternativa a las tradicionales, que utilizan gas. Si bien el gasto inicial para la compra de los artefactos alternativos es mayor, el precio de la energía eléctrica que es mucho menor al gas, compensa ampliamente ese desembolso.
Teniendo en cuenta la tarifa de la ANDE, como se observa en el cuadro, al mes se gasta unos G. 40.000 en el uso de placas o cocinas a inducción, utilizando dos horas al día. Mientras que una garrafa de gas de 10 kilos se ofrece a partir de G. 75.000, pero como no alcanza para todo el mes si se utiliza dos horas diarias, se estarían destinando más de G. 120.000. Todo eso, si se consigue el producto, ya que como es de conocimiento público, cada año hay problemas de faltantes y el corriente julio es un ejemplo de ello.