Varios centenares de personas pedalearon una distancia de cerca de 25 kilómetros en la capital paraguaya para concienciar a los conductores de transporte público y privado de que mantengan la distancia mínima de seguridad de 1,5 metros al realizar adelantamientos a ciclistas o pelotones de ciclistas.
También solicitaron la construcción de bicisendas en la ciudad, que solo cuenta con dos kilómetros de ciclovía, y reivindicaron la bicicleta como un medio de transporte barato, saludable y ecológico.
“Globalmente la bicicleta es considerada como un vehículo amigable con el ambiente, ya que no cuenta con emisiones contaminantes. Las personas que utilizan las mismas, sea como recreación o deporte, reciben importantes beneficios para su salud en general”, manifestó el arquitecto Franco Troche, representante del Gobierno municipal.
El transporte motorizado se considera la mayor fuente de contaminación del aire en Asunción, cuyos niveles de polución ambiental aún exceden los valores máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pese a ello, el uso de la bicicleta como medio de transporte es una rareza en Asunción, donde sus calles no ofrecen seguridad y la mayoría de los conductores considera que se trata de una actividad inapropiada y que perjudica al tráfico.
Los colectivos de ciclistas urbanos buscan convertir Asunción en una ciudad amigable con las bicicletas, como forma de fomentar un medio de transporte que mejore el caótico tránsito de la capital.
Asociaciones de peatones también se quejan de que sus derechos son pisoteados por los conductores de coches y autobuses y exigen que se reconsidere profundizar en educación vial y urbanismo a la hora de adjudicar los permisos de conducir.