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El asombro y la fascinación se reflejaba en sus ojos al ver las enormes vacas en uno de los establos. Eran niños y adultos del hogar para personas con discapacidad, que a su paso daban cátedras de cómo recorrer de forma ordenada y enseñando que en cada rincón existe algo fascinante para los que aprecian los simples detalles de la vida.
“Cada año religiosamente venimos para que se recreen y dispersen un poco. Les gustan los animales y el parque de juegos”, cuenta Ana Elizeche, quien trabaja como coordinadora en el Hogar Pequeño Cottolengo.
Esta institución alberga actualmente a 68 chicos y chicas de todas las edades, que por vivir con una discapacidad, fueron abandonados por sus familias. Allí reciben educación, alimentación y cuidados, ya que es su hogar.
“La mayoría son chicos abandonados. Tenemos algunos por orden de abrigo, causas judiciales, pero todos se quedan prácticamente de por vida”, dice. Todos ellos reciben educación, los que están en edad escolar, tienen clases regulares y los que no, son capacitados en talleres.
Unos pocos necesitaban sillas de ruedas, otros solo el brazo de alguien más para movilizarse. Todos iban como quien se sabe de memoria el camino. Lo que no podían hacer era ocultar el asombro, con las sonrisas más puras, ante cada animal de granja que aparecía en su recorrido
El Pequeño Cottolengo –cuenta Ana– existe gracias a las donaciones. “Todo suma, desde muebles usados, ropas, alimentos no perecederos”. También implementan un sistema de padrinazgo, por el que las personas pueden donar una suma voluntaria de forma mensual, que puede ser debitado de forma automática a través de una cuenta o por un cobrador a domicilio.
Afirma que está en marcha un ambicioso proyecto al cual destinan gran parte de sus recursos, la creación de un centro que permita a las personas poder llevar a sus familiares con discapacidad a que pasen todo el día, para que puedan recibir asistencia, compartan con los demás, y aprendan con talleres, terapia ocupacional, danza, cocina. “Les pueden dejar de mañana y los retiran de tarde. Todo gratis”.
Para aquellas personas que quieran conocer más del hogar y acercar sus donaciones, pueden comunicarse al número 021 282880/81.