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“Necesitamos ser escuchados por nuestras autoridades y que estas se dignen a ayudarnos. Ya no podemos vivir en esta precaria situación de abandono social permanente. Es muy triste tener que mendigar y, aún así, no recibir la asistencia del Estado paraguayo”, se quejaba doña Ciriaca Cabañas, pobladora del lugar.
El año pasado, y ante la permanente insistencia de ir y venir hasta Fuerte Olimpo, por fin las nuevas autoridades de la Gobernación se dignaron a enviar las maquinarias y reparar el camino que llega a nuestra zona; sin embargo, se olvidaron de colocar los sistemas de desagües.
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De manera constante, le reclamamos al gobernador Arturo Méndez sobre esa necesidad y nos prometió que en la brevedad enviarían de nuevo al personal para colocar los tubos que funcionen como sistema de alcantarillados.
“Lastimosamente, estamos finalizando el año y, hasta la fecha, no se logró colocar esos materiales”, y con las lluvias que se están produciendo, de nuevo quedaremos aislados por varios meses, como en años anteriores, dijo de forma preocupante doña Ciriaca.
El trabajo realizado por el personal de la Gobernación consistió en simples raspajes y despeje de malezas para abrir más el costado del camino. “Si no se colocan a tiempo las alcantarillas, toda esta tarea será en vano, pues igual se producirá nuestro aislamiento, que por lo general suele ser de varios meses”, dijo finalmente la moradora.
Ubicación
Las 35 familias que viven en la zona de Karanda`yty se separan entre si por escasos kilómetros, atendiendo que todas tienen sus pequeñas estancias. No cuentan con servicios básicos como agua potable y energía eléctrica, ni siquiera con un pequeño puesto de salud.
Cuando tienen algún enfermo, deben recorrer más de 120 kilómetros para llegar a la comunidad más cercana del lugar, que es Toro Pampa. Si allí no encuentran solución, deben continuar viaje hasta Fuerte Olimpo.
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Atendiendo que gran parte del año suelen quedar aislados debido a que el único camino queda inundado, estos pobladores deben realizar verdaderas proezas para llevar a sus pacientes a los puestos de salud del distrito. Lo mismo ocurre a la hora de buscar provisiones en los comercios.
Otro de los inconvenientes de estas humildes familias de compatriotas es que están rodeadas de grandes establecimientos ganaderos, lugares por donde antiguamente transitaban para acortar el camino hacia las poblaciones cercanas. Lamentablemente, hoy ya no pueden circular por dichas propiedades, por disposición de los ganaderos.