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El robo de la avioneta con matrícula 206ZP-TUR ocurrió ayer miércoles, alrededor del mediodía, en el interior de la estancia Campo Alto, ubicada en la zona de Chovoreca, casi en la misma frontera con Bolivia. Pertenece al distrito de Bahía Negra, en el Alto Paraguay.
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Según los investigadores, desde dicho lugar se solicitó el servicio de la aeronave para la evacuación médica de un paciente; supuestamente, un personal habría sufrido un accidente a bordo de una maquinaria.
La avioneta partió del aeródromo de Loma Plata, siendo el piloto Jerry Reimer, acompañado por la enfermera Romanda Harms. El avión se dirigía a la estancia Campo Alto, donde se encontraba la persona que debía ser evacuada.
Al llegar al lugar, fueron sorprendidos por cinco desconocidos con armas en mano, quienes los redujeron, los maniataron y tomaron el control de la avioneta, para luego despegar con rumbo desconocido, al menos de manera inicial.
Finalmente, y con la ayuda de los investigadores bolivianos, se pudo corroborar que la avioneta fue abandonada en un aeródromo de la localidad de Borja, en Bolivia, a casi 600 kilómetros de la frontera paraguaya.
Investigación
En persecución de este robo, los uniformados policiales de la comisaría de Bahía Negra, distante a unos 250 kilómetros de la estancia Campo Alto, llegaron esta mañana y, tras entrevistar a los empleados que trabajan en el lugar, supuestamente el capataz Richard Sanguina cayó en varias contradicciones.
Según el jefe de la comisaría, Filiberto Barrios, el personal no supo explicar con precisión la presencia de los cinco individuos que despojaron al piloto de su avioneta. Primeramente, dijo que estos marginales también habían tomado por asalto la estancia para luego realizar la llamada de auxilio para la supuesta evacuación.
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Continuando con la entrevista, el capataz habría caído en múltiples contradicciones que no supo explicar, por lo que los uniformados informaron del hecho al fiscal Fidel Godoy, quien ordenó la aprehensión de mismo, para luego remitirlo a la fiscalía de Fuerte Olimpo.
Los uniformados también incautaron una escopeta calibre 12 y 6 aparatos celulares, de los cuales uno pertenece al capataz y los demás son de los empleados que trabajan en el lugar, algunos como peones y otros como contratistas en la elaboración de postes y cierre de alambrado.