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Los pescadores de la zona del Pantanal alegan la escasez de peces a consecuencia de la prolongada sequía que se vive desde hace meses en esta parte del país. La falta de lluvias hizo que varios riachos, donde habitualmente abundaban los peces, hoy estén totalmente secos.
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En las pescaderías de las comunidades actualmente es bastante difícil conseguir pescados, sobre todo los de gran tamaño como el surubí, pacú o dorado, y solo se limita a unos pocos bagres o mandi’i, situación que repercute de forma negativa en las familias de los pescadores, sobre todo en las comunidades indígenas donde más se practica la pesca comercial.
La falta de peces también juega un papel negativo en el turismo de pesca, rubro del cual dependen varias personas, como los tripulantes de las embarcaciones alquiladas por los turistas y los buscadores de carnadas. Al no existir abundancia de pescados como en otras ocasiones, disminuyó considerablemente la presencia de los turistas.
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Ante esta delicada situación social y económica, las más de 800 personas que reciben el subsidio estatal, entre pescadores y buscadores de carnadas, estarán pendientes de que el desembolso del subsidio se realice de forma rápida, buscando así paliar en algo la economía familiar.