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“Hasta el momento no encontramos culpables de estos incendios forestales y esperemos que no termine en el ´opare’í', tal como nos tienen acostumbrados últimamente nuestras autoridades. Necesitamos que los investigadores puedan llegar hasta los que ocasionaron este crimen ecológico, y que los mismos reciban un castigo ejemplar”, indicó el religioso.
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A su criterio, solo así se podrá evitar que nunca más nadie quiera atentar contra la casa común, que es de todos los paraguayos y de la propia humanidad. “Tenemos que ser guardianes de este nuestro presente que se proyecta a futuras generaciones, para dejarles a los hijos de este país un ecosistema mucho mejor del que nos dejaron nuestros antepasados”, mencionó.
Explicó que lo que acontecido en la zona de Chovoreca, a escasos kilómetros de esta localidad, donde se destruyeron más de 200.000 hectáreas de bosques nativos, no tiene perdón. “Debemos denunciar todo aquello que atenta contra la vida de los seres humanos, la flora y la fauna”, sostuvo el religioso.
Lluvias de reclamos
La homilía del obispo no solo enfatizó lo acontecido con los incendios forestales, también enfocó su prédica hacia otras varias realidades sociales que afectan a los pobladores del Alto Paraguay. En este sentido, mencionó que de forma permanente recibe denuncias de los moradores de la zona sobre la dura realidad social y económica que a diario deben lidiar.
“No existe circulante de dinero, no se invierte desde las gobernaciones tanto del Alto Paraguay como de Presidente Hayes, zonas estas que corresponden a su jurisdicción eclesial, los pobladores carecen de fuentes de trabajo, la pobreza avanza”, reclamó el obispo.
Monseñor Escobar también se recordó de las familias que viven en la lejana zona de Sierra León, casi en la misma frontera con Bolivia. “Los compatriotas del lugar sufren la carencia de agua debido a la dura temporada de sequía, ante el abandono de sus autoridades”, indicó.
Son las instituciones públicas las encargadas de brindar el auxilio a estos moradores, ya que para ello administran la plata del pueblo. Lastimosamente, tanto la Municipalidad de Bahía Negra como la propia Gobernación del Alto Paraguay, hacen oído sordo a estos reclamos, agregó.
Una vez más, el obispo no se olvidó de mencionar el pésimo servicio que presta la Administración Nacional de Electricidad a los pobladores de esta parte del Chaco, donde se sigue aguardando por la construcción de una subestación, que sería la primera en todo el Alto Paraguay.
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Finalmente, volvió a mencionar la necesidad imperiosa de poder contar con caminos de todo tiempo, para sacar del aislamiento a las personas que viven en estos lugares lejanos. Pidió a las autoridades del Ministerio del Trabajo la creación de una oficina de esta institución en la zona, para defender a los trabajadores chaqueños.
Celebración
A tempranas horas de esta mañana se realizó la procesión de la sagrada imagen de Santa Teresita del Niño Jesús por las calles de la comunidad de Bahía Negra, distante a unos 860 kilómetros de la capital del país, acompañada de numerosos fieles de la población, para luego participar de la misa presidida por el obispo Escobar.
Para este mediodía se tiene previsto servir un almuerzo comunitario, con la participación de los pobladores y autoridades del lugar.