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La intensidad del viento norte se produjo durante todo el día de ayer, con ráfagas que sobrepasaron los 50 kilómetros por hora, situación que hizo que el fuego se descontrolara por completo, atendiendo que las llamaradas avanzaban de forma muy rápida, logrando convertir en cuestión de pocas horas la zona en un verdadero infierno rojo.
El panorama era bastante desolador a pesar del tremendo esfuerzo que realizaban los bomberos y militares ayudados por personales de estancias a bordo de maquinarias, en busca de poder controlar las bocas de fuego, a tal punto que en un momento dado las grandes llamaradas casi cerraron un cerco alrededor de estos voluntarios, que para suerte de los mismos, pudieron darse cuenta de la situación y lograron salir justo a tiempo, sin que nadie sufra daño físico alguno.
Al no poder hacerse nada los combatientes no tuvieron otra alternativa que regresar a su campamento en la estancia Campo Grande, a la espera de que calme la agresividad del viento norte, ya que en esas condiciones era muy difícil realizar trabajo alguno de contención, es más arriesgaban sus propias vidas.
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Dura batalla por la noche para controlar el incendio
En horas de la noche por el fin el viento norte comenzó a perder fuerzas, por lo que estos heroicos combatientes comprendieron que era el momento de recomenzar la batalla en busca de tratar de evitar la expansión del fuego, por lo que no dudaron en regresar a la escena del combate.
La tarea se desarrolló inclusive hasta las primeras horas de esta madrugada, para finalmente alrededor de la 03:00 horas comenzar a experimentar el fruto del sacrificio, pues el fuego estaba controlado, al menos por el momento, atendiendo que ya no se notaba el avance de las llamaradas.
Eduardo Gómez, de la Secretaría de Emergencia Nacional, dijo sentirse muy orgulloso de la tarea que están desplazando estos voluntarios en pos de tratar de apagar por completo los incendios. Son más de 100 combatientes quienes desde hace una semana de nuevo se instalaron en esta parte del Chaco, ante el rebrote del fuego.
Flaminio Lugo, encargado de la estancia Campo Grande, indicó que lastimosamente el comportamiento del viento es bastante variable, y aunque por el momento la situación esté controlada, eso no quiere decir que ya se pueda cantar victoria, pues de comenzar a soplar de nuevo el viento norte como ocurrió el día de ayer, de seguro el fuego volverá a ser incontrolable.
El ingeniero Lugo con un grupo de personales a bordo de maquinarias, se encargan de realizar los trabajos de corta fuego, que consiste en las limpiezas laterales de los lugares donde podrían llegar los incendios, para que cuando esto ocurra el fuego se detenga al no existir más vegetación y solo tierra.
Ganadería
El rubro de la ganadería es la principal actividad económica del Alto Paraguay, se estima un hato de 1.800.000 cabezas de ganado vacuno, y solo en el sector de Chovoreca se localizan más de 400.000 vacunos, este sector es una de las más perjudicadas por estos desastres naturales, pero no solo por los incendios, sino también por la prolongada sequía que se vive en la región.
Antes de que comiencen a aparecer estos incendios forestales, los productores ya sufrían los efectos de la sequía a consecuencia de la falta de lluvias, esta situación hace que los ganaderos tengan que realizar ventas masivas de sus animales, ante el temor de que puedan producirse mortandad por falta de agua o de alimentos.
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En esta panorama los mismos son aprovechados por los frigoríficos con relación a los bajos precios que se ofertan por la carne vacuna, otros buscan alquilar campos en la región occidental y proceden a trasladar parte de sus vacunos, mientras que los demás deben comprar forrajes para el alimento de los animales, lo que representa millonarias erogaciones para los mismos.
No existen datos estadísticos en relación a mortandad de vacunos, ya sea por los incendios o la sequía, pero de seguro en cada establecimiento ganadero se da un número relativamente bajo, donde sí se notara una consecuencia negativa, es la relacionada a la disminución del hato ganadero, que deberá darse en los próximos meses, según los propios ganaderos debido principalmente a la venta masiva sobre todo de los considerados vientres de producción.