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Don Teodoro Cuellar, una de las víctimas del ataque de un yaguareté ocurrido en Puerto Guaraní, Fuerte Olimpo, contó que como todos los días se dirigió desde su vivienda en la comunidad de Puerto Guaraní hasta el pequeño establecimiento ganadero que posee, a unos 5 kilómetros del casco urbano.
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Una vez en el lugar y acompañado de su empleado, Roberto Ramírez, emprendieron un recorrido a caballo por los alrededores, para verificar el predio, tal como acostumbran hacer. Fue entonces que divisaron un ternero muerto que yacía en el suelo.
Se acercaron y se apearon de sus respectivos caballos para verificar al becerro muerto, sin percatarse de que entre los arbustos se agazapaba un enorme yaguareté, que observaba a su víctima.
Siempre siguiendo el relato del hombre, el felino se abalanzó sobre ellos, sin darles tiempo siquiera de intentar correr o defenderse. Ambos cayeron al suelo y allí se produjo una lucha desigual cuerpo a cuerpo contra el yaguareté.
Uno de los hombres portaba un arma de fuego, pero en el fragor de la pelea no pudo sacarla para disparar.
Pinki y Leona
En este dramático momento de lucha contra el felino, que con sus poderosas garras causaban heridas sangrantes a los hombres, aparecieron en escena las dos mascotas: Pinki y Leona, dos nobles y fieles perros “delmer”, que se enfrentaron al temible animal.
Esta intervención hizo posible que el yaguareté cejara en su ataque y cambiara su objetivo: ahora iba tras los perros. El momento fue aprovechado por uno de los hombres para desenfundar su arma de fuego y dispararle al yaguareté, que aún herido, logró pegar un salto, para perderse en la espesura del monte chaqueño.
La herida que recibió el yaguareté pudo ser leve, dijo don Teodoro, ya que por la situación en la cual se encontraban, no les fue fácil afinar la puntería. Como sea lograron su objetivo, frenar el ataque, ya que el animal se asustó y se retiró.
El dueño de los perros valoró su actuar, ya que les salvó la vida. Cuellar mencionó que fueron había cuatro perros acompañantes, sin embargo solo Pinki y Leona fueron lo suficientemente valientes como para enfrentarse al yaguareté.
Las dos personas atacadas recibieron heridas en casi todo el cuerpo, por lo que tuvieron que ser llevadas hasta el Hospital Regional de Fuerte Olimpo, donde recibieron las atenciones necesarias. Hoy están fuera de peligro.
Perdida de hábitat
En el Chaco aún hay yaguaretés. Sin embargo, desde hace algunos años, su hábitat se ve amenazado por el avance de la actividad ganadera y últimamente también de la agricultura.
Los conocedores del comportamiento de los yaguaretés mencionan que no es común que ataquen a los humanos, ya que por lo general al notar la presencia de personas y perros, suelen huir. Solo atacan cuando se ven amenazados.
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Estos ataques pueden darse cuando las hembras protegen a sus crías o cuando protegen el alimento, que es lo que se presume pudo ocurrir en esta ocasión, ya que el ternero se disponía a comer la carne del ternero que yacía en el piso.
En algunos establecimientos ganaderos de la zona se busca proteger a los animales silvestres entre ellos al yaguareté. Sin embargo, la gran mayoría de los ganaderos ponen precio a la cabeza de estos felinos, por el daño que les ocasionan cuando matan a su ganado
El control para proteger la vida silvestre es bastante precario. Una prueba es la escasa cantidad de guardabosques que trabajan en los parques naturales del Alto Paraguay. Estos ni siquiera cuentan con los recursos necesarios.