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A pesar de la leve esperanza generada por la presencia de agua en el Pilcomayo por efecto de lluvias registradas en el altiplano, en territorio de Bolivia, siguen necesitando ayuda, en especial víveres, en las comunidades de Pozo Hondo del distrito de Mariscal Estigarribia. El agua que ingresó es bastante espesa y marrón por lo que solamente cuando haya mayor caudal sería utilizable para los fines habituales, como ganadería y consumo.
Declaración de emergencia
La Junta Departamental de Boquerón declaró emergencia por sequía, vial y ambiental en el departamento. La medida de urgencia será elevada a la Cámara de Diputados para su aprobación a fin de que las comunidades damnificadas por los efectos se la sequía puedan recibir la asistencia adecuada, principalmente en la cuenca alta del río Pilcomayo, explicaron.
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El gobernador Harold Bergen (colorado cartista) agregó que la declaración de emergencia ayudará al desbloqueo de recursos para poder asistir masivamente a los afectados por la situación, ya que no solamente necesitan agua sino también víveres, en especial las familias ribereñas. Estas poblaciones subsisten de la pesca para consumo y venta, así como de la producción de miel de abeja; ahora, con el río seco, se quedaron sin alternativas.
Pilcomayo cíclico
Cada año disminuye la cantidad de precipitaciones en el Chaco Central y ese fenómeno natural impacta en el caudal de los afluentes del río Pilcomayo, que como consecuencia se seca en forma cíclica, ocasionado mortandad de peces y animales silvestres de las reservas boscosas de la cuenca.
Los pobladores, por el momento, se manejan en algunos casos con pozos artesianos o pozos someros (de poca profundidad). La tarea diaria de estos habitantes es asegurar que los pequeños animales de granja o corral tengan agua.
El río Pilcomayo extiende un recorrido de 2.420 kilómetros, y su cuenca es muy diversa. Posee grandes elevaciones, un basamento rocoso y grandes pendientes en la altiplanicie boliviana con un subsuelo permeable y un suave declive de las llanuras del Gran Chaco.
Durante el verano se presentan las crecidas del río, entre enero a abril. Su caudal es de gran potencia aunque irregular y varía de acuerdo con el derretimiento de la nieve y las lluvias que caigan en la cuenca alta, en Bolivia.