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Tras 4 días de verdadera angustia, finalmente durante la tarde del sábado lograron ubicar al trabajador ishir que se encontraba desaparecido desde el pasado miércoles, cuando emprendió la marcha con destino a su comunidad. El cuerpo del hombre se encontraba en avanzado estado de putrefacción, siendo esta una señal de que pudo haber fallecido el mismo día de su desaparición.
Don Roberto Capatay se encontraba trabajando desde hacía meses en territorio brasileño, específicamente en la Fazenda Enciso, en compañía de otros pobladores de la misma comunidad indígena, como contratista en trabajos de limpieza de campo.
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El lugar donde trabajaba este grupo de nativos dista a unos 30 kilómetros aguas abajo de la comunidad de Puerto Esperanza, pero hacia el territorio brasileño, para lo cual necesariamente, estas personas deben cruzar el río Paraguay, que hace de frontera natural entre nuestro país y el Brasil.
Caminata fatal
La mañana del miércoles 11, Roberto y un joven sobrino suyo que también trabajaba en el lugar emprendieron la larga caminata con destino al hogar, para lo cual se comunicaron con sus familiares e informaron de su partida, detallando también que llegarían en horas de la tarde, ya que debían caminar bastante en medio de la extensa vegetación, ya que no existen caminos propiamente dichos en el lugar.
Según relato de Colmán Capatay, hijo del fallecido, el joven que estaba con su padre le comentó que tras largas horas de caminata bajo el ardiente sol, que elevaba al máximo la temperatura, y de luchar con las malezas para abrirse camino, don Roberto tuvo problemas para continuar caminando, específicamente relacionados a las piernas: un calambre, por lo que decidió tomarse un descanso, pero al ver que no había mejoría, le dijo a su sobrino que continúe viaje él solo hasta salir hacia la orilla del río, en busca de auxilio.
En medio de la tupida vegetación, y como también ya estaba cayendo la noche, el joven se extravió y recién pudo ser localizado casi después de 24 horas. Luego, al no tener novedades de don Roberto, un grupo de amigos y familiares cruzaron el río y comenzaron la búsqueda desesperada, que lastimosamente se concretó la tarde de ayer, pero de la forma que menos se esperaba.
Nula asistencia
Ante la nula asistencia tanto de las autoridades del vecino país como de los propios encargados de la estancia donde trabajaba el hombre en procura de encontrar al trabajador, fueron los propios pobladores de la comunidad indígena los que se encargaron de esta tarea.
El cuerpo del hombre se encontraba a unos 3 kilómetros de la orilla del río, hasta donde intentó llegar, pero lastimosamente no lo pudo hacer. Para sacar al hombre fallecido del sitio, las personas tuvieron que trabajar arduamente entre la tarde y noche del sábado, realizando limpieza de picada del monte, para finalmente en horas de la madrugada de este domingo hacer llegar al difunto hasta la citada comunidad, en el lado paraguayo.
El hijo del fallecido lamentó la trágica forma en que se produjo el deceso de su padre, a quien lo recuerda como un sacrificado trabajador, al tiempo de criticar con dureza el accionar de los responsables del establecimiento ganadero, ya que por falta de algún tipo de movilidad, como caballos, o algún tractor, su padre tuvo que realizar el largo viaje a pie.
En la comunidad, donde se realizó el sepelio en horas de la mañana, los lugareños y familiares presumen que el hombre falleció a causa de un posible paro cardíaco, atendiendo a lo que pudo comentar el joven que lo acompañó. Esta presunción se realiza debido a que el cuerpo no fue inspeccionado por ningún funcionario de blanco, sea este médico o enfermero.
Falta de jurisdicción
Tanto los efectivos policiales de la Comisaría de Bahía Negra, distante a unos 30 kilómetros de la comunidad indígena, como la propia fiscalía se declararon sin jurisdicción para poder actuar en el caso, atendiendo a que el hecho sucedió en territorio brasileño.
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Al respecto, el jefe de comisaría, Aldo Vera, dijo que lastimosamente no pudieron acompañar al grupo de voluntarios en la búsqueda del desaparecido, debido a que no tenían el permiso correspondiente para cruzar la frontera, por lo que se abocaron a realizar las investigaciones en base a lo manifestado por los familiares, una vez visitada la mencionada localidad.
El jefe policial comentó, por último, que este tipo de prácticas de estos nativos, que suelen cruzar el río y buscar trabajo en las estancias del Brasil, data de años y que los recorridos para llegar a los establecimientos suelen hacerlos siempre a pie.