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Marta Ramírez, docente y líder de la comunidad de Riacho Mosquito, menciono que un fuerte temporal se abatió la tarde del jueves sobre la población, que desprendió numerosos techos de las viviendas de material cocido que les fueran construidas por el Estado.
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La fuerza del viento hizo que literalmente vuelen las chapas de las viviendas. Diez de estas nuevas casas son las más afectadas. Otro grupo de pobladores que vive en viviendas de karanday tuvieron que improvisar carpas para cubrir sus techos, atendiendo a que la Dirección de Meteorología está anunciando más precipitaciones para el transcurso del fin de semana.
La mujer pidió a las autoridades asistencia de forma inmediata a las personas afectadas por el temporal. Necesitan chapas, porque solo hubo pérdidas materiales, ya que ninguna persona sufrió algún tipo de lesión, refirió Ramírez.
Incendio
La madrugada del domingo, un incendio de grandes proporciones destruyó por completo un pabellón de la escuela de esta misma población indígena. Al respecto, la docente sostuvo que se desconocen las causas que provocaron esta desgracia.
Refirió que el fuego se encargó de destruir por completo numerosos documentos de la institución que pertenecían a los alumnos, así como útiles escolares, además de algunos materiales didácticos que se encontraban en el lugar.
A esta escuela acuden a estudiar más de 300 niños y jóvenes, que de alguna manera fueron afectados por el incendio, por lo que la educadora pide a las personas de buen corazón enviar libros, sobre todo del tercer nivel, así como cuadernos y elementos de limpieza.
“Necesitamos que las autoridades se encarguen de la reconstrucción de esta aula, atendiendo a la importancia que representa para toda la comunidad educativa”, refirió la maestra y líder de esta población indígena.
Riacho Mosquito
Los maskoy viven en diferentes comunidades pertenecientes al distrito de Puerto Casado. La comunidad de Riacho Mosquito, unida a la de Boquerón, cuentan con las mayores poblaciones. En el sitio viven más de 300 familias.
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Las mujeres de estas comunidades se dedican a la artesanía. Comercializan sus productos en la zona de Vallemí, del primer departamento, para lo cual necesariamente deben cruzar el río Paraguay. Los hombres, en cambio, trabajan en changas ocasionales y también varios de ellos se dedican a la pesca comercial.