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La población se ubica a orillas del río Paraguay, a unos 750 km de la capital del país, pertenece al distrito de Fuerte Olimpo, y dista 30 km de la capital departamental; sus pobladores se dedican a la ganadería en pequeña escala, y constantemente suelen quedar aislados por falta de caminos de todo tiempo.
Aunque no existe una fecha exacta de su fundación, los maestros y estudiantes de la comunidad habían realizado una investigación sobre la historia de la localidad, y con los pocos documentos y relatos de pobladores antiguos se estipuló que la localidad como tal se inició un 7 de agosto de 1907, fecha en la cual también comenzó a funcionar la exfábrica taninera Puerto Guaraní.
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Extracción del quebracho
De hecho, la comunidad surgió con la instalación de la mencionada empresa taninera, al inicio y atendiendo la intensa actividad laboral del lugar, la población superaba los 7.000 habitantes; en el lugar funcionaba el tren, cuyas vías se desplazaban por varios kilómetros hacia el interior del Chaco, precisamente para transportar los enormes quebrachos que existían por entonces por los alrededores.
En el sitio había un enorme hospital, lugar utilizado para evacuar a combatientes de la Guerra del Chaco, aunque no de manera constante, aun así fue de gran utilidad para nuestras tropas.
Mateo Gamarra
Según la historia, este trágico desenlace de amor sucedió en la mañana del 12 de octubre de 1931, cuando en el lugar se desarrollaba una fiesta bailable por el Día de la Raza; en un momento dado, y en medio del bullicio, irrumpió en el lugar Mateo Gamarra, quien era empleado de la fábrica y muy conocido por sus andanzas de donjuán.
El hombre fijó su mirada en una mujer de nombre Emilia Ortiz, a quien sin dudar la sacó a bailar, pero como la comunidad era pequeña, la noticia de lo que hacía Mateo llegó en minutos al oído de su esposa Delfina Servín, quien se apersonó en el lugar del baile para reclamarle a su compañero su deslealtad.
Lejos de parar, Gamarra siguió con el coqueteo a la otra mujer, y fue entonces cuando –herida en su orgullo– Delfina le dijo a su esposo en idioma guaraní: “Che ha’e Delfina Servín; ne’îrã chekuaapa” (Yo soy Delfina Servín, todavía no me conocés por completo), y en ese momento extrajo un revólver para descargar cinco tiros contra su compañero.
Delfina se acercó a mirar al hombre mal herido, y este antes de morir le recriminó la agresión, entonces ella le respondió: “Reikuaámapa, Gamarra, ku Delfina oje’eha; aníchene rejekeha si a tiempo roavisá” (Ya conocés ahora, Gamarra, a Delfina; no podés quejarte si a tiempo te avisé).
Esta trágica historia de amor se inmortalizó en los versos escritos y registrados en Autores Paraguayos Asociados (APA) por Estanislao Báez, quien se desempeñaba en aquella época como fiscalizador ferroviario; fue así que al llegar a la comunidad de Guaraní los pobladores le narraron lo acontecido, hacía solo 2 días; fue entonces cuando el mismo Báez escribió los versos, y más tarde don Eladio Martínez le agregó la melodía.
Pueblo “fantasma”
Cuando la empresa taninera se declara en quiebra, en la década del 50, la población como tantas otras en el Alto Paraguay donde funcionaba la actividad taninera, quedó reducida a “pueblo fantasma”, ya que la gran mayoría de las personas comenzaron a emigrar hacia otras regiones, debido al abandono patronal.
Las pocas familias que quedaron a vivir en el lugar fue porque no tenían otros lugares a donde ir; fue entonces que se apropiaron de unos pocos animales vacunos que les dejaron los dueños de la empresa, y comenzaron a dedicarse a la ganadería en pequeña escala.
A pesar de que ya pasaron más de 100 años de existencia de la población, actualmente las casi 1.000 personas que viven en el lugar siguen luchando por obtener la tierra propia, y aunque lograron que se les expropien casi 10.000 hectáreas; sin embargo, hasta la fecha el Gobierno nacional no procede al pago de dichas propiedades, por lo que las familias de la comunidad no pueden aún obtener sus títulos de propiedad.
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Desfile estudiantil
Con la presencia de autoridades locales y departamentales se realizó en la fecha de hoy el tradicional desfile cívico y estudiantil. El evento se desarrolló en una de las principales avenidas de la población, y estuvieron presentes el intendente de Fuerte Olimpo, Moisés Recalde; el nuevo gobernador Arturo Méndez, quien debe asumir el cargo la próxima semana; y el director de Policía del departamento, comisario Gustavo Barrios, acompañados de la población en general. En la oportunidad se entregó un reconocimiento especial a la profesora Carmen González, por los 30 años de servicio.