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El Centro de Procesamiento de Residuos Sólidos (Cepresol) es un proyecto encarado por la Asociación Colonia Neuland con el objetivo de mejorar la administración de los residuos que produce la ciudad, en continuo crecimiento.
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El proyecto fue ideado años atrás cuando se dieron cuenta de que el antiguo vertedero no cumplía las exigencias ambientales y luego de varios cálculos, hace unos meses comenzó la construcción de la planta modelo. Contempla varias etapas; la primera ya está operativa y se trata de la planta central donde reciben y clasifican los residuos.
También está prevista la construcción de una vivienda destinada a los funcionarios, con casilleros, baños, una cocina comedor y un área de descanso con todas las comodidades necesarias. Estiman que este sector estará listo el próximo año.
Queremos que la ciudad esté limpia, pero en el sentido de ubicar mejor los residuos donde corresponde (...). El desarrollo está en auge y atendiendo esa realidad queremos encarar esa problemática, dijo Stefan Issak, coordinador de la Unidad de Gestión Ambiental de la Cooperativa Neuland.
El CEPRESOL consta de un área de acceso de vehículos con una rampa para la descarga de residuos, zona de clasificación y un sector de almacenamiento previo a la zona de procesamiento.
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La inversión del sector privado en las obras civiles es de G. 2.395 millones. En tanto que la instalación eléctrica es más de G. 92 millones. En total demandará G. 2.487,7 millones.
El destino de los desechos
“No hay línea de reciclaje porque para eso se necesita mayor volumen, pero implementamos un flujo de trabajo que va desde la descarga en una cinta transportadora en donde se clasifican los desechos. Después hay una sección de almacenamiento intermedio y luego, según su clasificación, pasan a ser prensados” mencionó el encargado, Stefan Issak,.
También cuentan con una trituradora de vidrio y lo que no sirve para reutilización va a un horno incinerador, el humo es tratado en un quemador de gases para no contaminar y todo el resto, como papeles y cartones, es llevado a empresas que hacen el reciclaje.
Los residuos orgánicos, aunque no son muchos, igualmente son material para compostaje y la idea es crear un humus fertilizante que quieren comercializar en el futuro, explicó Isaak.
En cuanto a los restos de electrodomésticos, dijo que hay mucho que se puede reparar o usar como repuesto. Además, ofrecerían el servicio de reparación de sillas plegables, las cuales mayormente son desechadas al descomponerse.
Dignificar el trabajo
Isaak mencionó que en la planta trabajan actualmente 25 funcionarios, entre personal administrativo y operativo. Dentro de todo el proyecto hubo un fuerte enfoque en la responsabilidad social que tienen como asociación, siendo uno de los objetivos dignificar el trabajo de los recolectores de residuos, indicó.
“Un componente de este proyecto es el social, queremos que los operarios trabajen con dignidad y estén en un sitio protegido”, subrayó.
Agregó que aunque el lugar no está oficialmente habilitado, ya está en funcionamiento desde hace tres semanas y que las demás alas de la construcción están en proceso, por lo que no descartan que el sitio se pueda inaugurar oficialmente en los próximos meses. En una jornada de “puertas abiertas” que realizaron para dar a conocer el proyecto asistieron en un solo día casi 300 personas, evidenciando el gran interés de la ciudadanía en el innovador sistema de tratamiento de los residuos.