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La intención de las autoridades locales y del departamento, según expusieron en diversas ocasiones, es conseguir asistencia inmediata para varias comunidades indígenas que sufren hace meses la sequía que ha afectado la sustentabilidad diaria de sus pobladores.
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La recientemente declaración de emergencia establecida por la Cámara de Diputados fue en tenor netamente declarativo, sin liberar fondos que respalden acciones más concretas a favor de los sectores más afectados.
En el Chaco se clama por una ley que declare emergencia departamental en Boquerón, que se resolvería en las próximas semanas. Mientras, es urgente intervenir con herramientas que contribuyan a la mitigación de los efectos en la salud y en la elaboración de planes de largo alcance para las comunidades.
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En las zonas afectada conviven diversas etnias indígenas, entre los que destacan Toba Maskoy, Angaité, Sanapaná, Enxlet, Yopará y otros.
La comunidad conocida como Casanillo, que es es propiedad de los indígenas y que les fuera concedida por la Conferencia Episcopal del Paraguay hace 41 años, con una superficie de 15.894 hectáreas, sufre la misma suerte. Los nativos deben cavar para obtener agua salina, que usan para los animales.
Acueducto nuevamente parado
Varios ciudadanos de Loma Plata denunciaron en las redes sociales que nuevamente el acueducto está fuera de funcionamiento. Desde el martes pasado no cuenta con la provisión del vital líquido.
El agua es bombeado desde Puerto Casado hasta el reservorio principal en Loma Plata y de allí redirigido a zonas como Filadelfia, Mariscal Estigarribia, Villa Choferes del Chaco, Neuland y otras localidades, pero en los últimos meses las fallas constantes obligan a valerse de aguateros locales para recargar los aljibes.
Las autoridades, quienes aún recurren al acarreo de agua para abastecer aljibes comunitarios, deben viajar cada vez más lejos en busca de fuentes para abastecer la gran demanda existente ante la falta de lluvias.