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El norte del Alto Paraguay suele ser una región húmeda; de hecho, el Gran Pantanal certifica esta posición geográfica. Este tipo de suelo y clima permite tener una gran variedad de fauna y flora silvestres, que en gran porcentaje solo se puede encontrar en esta parte del planeta.
Lastimosamente, en estos momentos, la mayor parte de esta zona soporta una dura sequía, situación que se da desde el 2019. La falta de lluvias en grandes proporciones hace que hoy tengamos que presenciar de manera lamentable los riachos y lagunas que se secan.
En años anteriores podíamos ver la presencia de una gran variedad de aves, lo que hacía de estos sitios verdaderos santuarios de garzas, cigüeñas, karau, chaha, tuyuyú cuartelero, taguato, entre tantas otras especies. Hoy, estos lugares son desiertos, con tierras secas y duras, precisamente por la falta de lluvias.
Las lagunas también tenían grandes poblaciones de yacarés, hoy con destino incierto, ya que algunos logran encontrar otras aguadas, como los tajamares de las estancias; sin embargo, en otras situaciones, la realidad es bien diferente, ya que no existen este tipo de reservorios o, si los hay, están bastante alejados, por lo que obligan a los yacarés realizar largas caminatas en el estado de desnutrición en que se encuentran por la falta de alimentos.
Otros animales silvestres, como los pumas, yaguaretés, hurones, monos carayá, venados, osos hormigueros, tapires, cerdos (tayi cati), entre otros, por la facilidad de movilizarse grandes distancias, tienen precisamente la posibilidad de llegar a estos tipos de tajamares.
Lagunas y riachos secos por falta de lluvia en Alto Paraguay
Solo en el distrito de Fuerte Olimpo podemos observar que se secaron las lagunas Inglesa, Inmakata y Morocha y otros tantos riachos que solían ser fuentes de desagüe en el río Paraguay.
Ganadería
Siendo esta actividad el principal rubro económico del departamento, con 2 millones de cabezas de vacunos, la sequía afecta sobremanera a los productores, atendiendo a que estas nacientes naturales servían para dar de beber agua a sus animales. La falta de lluvia hace que los campos estén secos, lo que imposibilita el rebrote del pasto.
El promedio anual de lluvia solía ser de entre 1.400 y 1.500 mm; sin embargo, desde el 2019 la marca no supera los 800 mm de precipitaciones. La temporada seca conocida como “La Niña” se daría todo el año, según la Dirección de Meteorología, ya que las lluvias anunciadas para los meses de noviembre y diciembre no se registrarían en el volumen necesario para aplacar la sequía en esta parte del Chaco.