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Moisés Recalde, intendente de esta localidad, dijo que numerosas estancias después de mucho tiempo están de nuevo con sus tajamares llenos de agua, por lo que se aguarda unos meses de relativa calma en lo que se refiere a eventuales temporadas de sequía; sin embargo, como viene sucediendo con cada lluvia, estas se dan de manera bastante dispersa.
“Así tenemos aún algunas partes del distrito donde los tajamares de establecimientos ganaderos solo pudieron acumular un promedio del 50% de agua, debido precisamente a que las lluvias fueron menos intensas, por lo que necesitamos que se pueda continuar con más precipitaciones”, dijo el jefe comunal.
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Es de suma importancia tener los reservorios con abundancia de agua para hacer frente a la temporada seca del invierno y así evitar los eternos problemas que se dan, como ser la mortandad de animales. En todo el departamento se tiene poco más de 2 millones de cabezas de ganado.
Las lluvias también benefician a comunidades como Toro Pampa y San Carlos, cuyos pobladores dependen de tajamares para el consumo del vital líquido; sin embargo, en la localidad de María Auxiliadora, donde también las personas sobreviven de este tipo de reservorios, las precipitaciones fueron más leves, por lo que el tajamar está aún con poca agua.
Desde el 2019, estas comunidades, además de las estancias, fueron golpeadas por una severa temporada de sequía entre los meses de julio y noviembre, que inclusive significó temibles incendios forestales.
Camiones cisternas de la Secretaría de Emergencia Nacional, la Gobernación del Alto Paraguay, el MOPC e inclusive del sector privado acarreaban en todo este tiempo agua desde el río Paraguay, tanto para los pobladores como para los animales.
Recientemente, en la localidad de Toro Pampa, el municipio se encargó de construir un tajamar de 10.000 m3, que ahora con las lluvias que se registraron tiene agua acumulada.