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El cultivo de autosustento y las huertas familiares son sumamente importantes para garantizar la supervivencia de muchas de las comunidades nativas del Chaco, pero la falta sostenida de lluvias importantes no permite que muchas de estas plantaciones se puedan desarrollar y se pierden cultivos de sandías, melones y maíz. Esto representa un golpe económico, ya que la cosecha también es vendida en un porcentaje para generar una pequeña renta.
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Juan Rodríguez, de la comunidad Betania, cercana al Cruce Los Pioneros, mencionó que también varios integrantes de las comunidades indígenas siguen afectados por la falta de trabajo generada por la pandemia de COVID-19, por lo que plantar en sus chacras era una opción, pero el calor alcanzó temperaturas intensas y poco fue lo que pudieron rescatar, por lo que están aguardando ayuda también en víveres.
Desde la SEN, Rubén Cuevas, quien está a cargo de las operaciones logísticas de entrega de agua y víveres en el Chaco, mencionó que ya distribuyeron agua a las comunidades entre Presidente Hayes y Boquerón, como San José Esteros, Escalante, Yalve Sanga y quieren llegar a otras como El Estribo, Campo Vía, Pozo Amarillo, entre otras, con el objetivo de acarrear 7 millones de litros de agua.
Aun así, el territorio chaqueño resulta extenso y llegar a todos los lugares es un desafío inmenso. Los nativos esperan que los trabajos continúen por lo menos por una semana más para paliar la situación hasta que comiencen las lluvias, lo que podría traer un alivio a la situación.