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La parte lateral del lado izquierdo del techo, que da hacia la entrada principal del templo, se vino abajo sin que se registren daños en el interior del recinto.
A simple vista no se observaba la presencia de las termitas que afectaron la estructura de madera del techo. Según informó el sacristán Julio Garay, el lugar estaría totalmente infestado y carcomido por dichos insectos.
Ante lo sucedido el párroco Osmar López, decidió cambiar el lugar de las celebraciones eucarísticas. Desde ayer los oficios se realizaron en el tinglado municipal. A partir del lunes las celebraciones tendrán lugar en la capilla San Blas Loma, del barrio Centro.
En un comunicado sobre lo acontecido el padre López se dirigió a los feligreses informando sobre el derrumbe. Lamentó la desafortunada situación y recalcó que tomó la medida de no celebrar ninguna actividad dentro del templo hasta tanto se pueda subsanar el inconveniente, a fin de resguardar la integridad física de fieles.
También apeló a la solidaridad ciudadana para restaurar la infraestructura dañada.
Por otra parte, el sacristán Julio Garay comentó que para mañana está prevista la visita de algunos profesionales especialistas en restauración de templos y de acuerdo a la evaluación de éstos, tendrán un estimativo del costo que conllevará la rehabilitación de la iglesia.