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El director del Hospital de Traumas, Aníbal Filártiga, relató el caso de un motociclista que, a diferencia de lo habitual, estaba completamente en regla y aun así, lastimosamente, el sábado no pudo salvarse de un percance vehicular por culpa de un irresponsable que pasó en rojo, apeligrando su vida. El hecho le dejará secuelas permanentes.
Remarcó que, por la magnitud del choque, de no ser por el casco y que este era de buena calidad, el desenlace pudo haber sido fatal. “Él está fuera de peligro. La circunstancia y responsabilidad con que este señor se maneja le salvaron la vida”, indicó Filartiga en conversación con ABC Cardinal.
“El señor finalmente está en condiciones de sobrevivir gracias al casco y la prudencia con que se maneja, evidentemente. Pero esta gente (como el conductor que pasó en rojo a toda velocidad) no tiene castigo y esto es lo más lamentable”, cuestionó el médico.
El golpe fue de tal magnitud que la parte del rostro que no estaba protegida se vio severamente afectada y quedará con secuelas permanentes; sin embargo, el peor escenario se pudo evitar. De hecho, en la escala de Glasgow, que mide el grado de conciencia de una persona, siendo 1 el de plena lucidez y 15 el de inconsciencia plena, el motociclista llegó con un grado de 13.
El accidentado tiene una pequeña lámina de sangrado cerebral, pero es mínimo, considerando que, de no tener protección, hubiera sufrido un traumatismo de cráneo que, si no era fatal, le representaría secuelas cerebrales permanentes.
El mismo remarcó la irresponsabilidad en este caso del conductor del automóvil, un joven que ahora dejará con secuelas permanentes a un hombre que circulaba con todos los recaudos y en regla. “La evidencia debería ser suficiente para que este joven inadaptado esté tras las rejas”, fustigó.
“La parte que no estaba protegida por el casco tuvo fractura de rostro. Perdió el ojo derecho, que está en este momento totalmente afuncional, que no sirve para nada. Por estética, el médico podría dejarle, pero el ojo ya lo tiene perdido; tiene un traumatismo de cráneo leve, moderado, que no necesita ninguna intervención quirúrgica”, recordó.
Aún hay temor de que pueda perder el otro ojo, pero creen que el mal funcionamiento se debería a una inflamación que esperan que, al reducirse, restituya la funcionalidad de la parte visual que aún le resta.