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El objetivo es acabar con la banda criminal autodenominada Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), responsable de muchos crímenes como asesinato de civiles, policías, ataques a instituciones de seguridad y secuestros.
Ese fue el argumento con el que el Congreso paraguayo otorgó a Horacio Cartes la potestad de disponer de un accionar militar inmediato cuando haya alguna amenaza interna o externa, convirtiéndose así en el presidente con más poder de fuego de la era democrática en nuestro país.
El último ataque del EPP ocurrió solo dos días después de que asumiera Horacio Cartes, a modo de darle al primero del Ejecutivo “una bienvenida” y un claro mensaje. En este ataque ejecutaron a cinco guardias de seguridad que se movilizaban en la estancia Lagunita, ubicada en Tacuatí, departamento de San Pedro. Además, dos policías resultaron heridos.
Ahora los responsables directos de la operación de lucha contra esta banda delictiva son el ministro del Interior, Francisco de Vargas y el ministro de Defensa Nacional, el general en situación de retiro, Bernardino Soto Estigarribia.
Al frente del grupo policial que opera en la zona de Concepción y Amambay, está el comisario Antonio Gamarra, quien desde hace años está en busca de los miembros del EPP y a quien en varias ocasiones los delincuentes trataron de dejar fuera de combate.