Cargando...
El caracol gigante africano (Achatina fúlica) está incluida en la lista de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), según un informe de la Secretaría del Ambiente.
La Dirección General de Protección y Conservación de la Biodiversidad de la Seam divulgó un informe donde detallan los aspectos relacionados al caracol gigante africano y los peligros que este acarrea para la salud.
La Dirección de Protección Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Vegetal y de Semillas (Senave) detectó la presencia de esta especie en Paraguay el 11 de setiembre del 2012. La plaga fue detectada oficialmente en la zona urbana de Ayolas, Misiones.
Sin embargo, registros no oficiales del caracol gigante africano en Paraguay ya fueron publicadas en Internet en la web www.pybio.org, donde citan a la especie en la ciudad de Ayolas desde marzo de 2010. También la web www.ashbreure.nl hace referencia al mismo hallazgo del caracol por el científico entomólogo Ulf Drechsel en marzo de 2010.
No se ha determinado el origen de la introducción del caracol en el Paraguay, pudiendo haber venido accidentalmente en plantas importadas desde países vecinos. También pudieron haber sido ingresados ilegalmente, ya que el tamaño y belleza del caracol lo hace atractivo para tenerlo como curiosidad o mascota exótica.
El caracol gigante africano carga con diversos parásitos en sus tejidos y secreciones de baba. En contacto con las personas, los parásitos pueden causar diversas afecciones como la meningoencefalitis eosinofílica y angiostrongiliasis abdominal, síndrome similar a la apendicitis.
Sin embargo, las muestras no dieron positivo sobre la presencia de estas bacterias. De todas formas, no es recomendable entrar en contacto directo con las mismas.
La Achatina fúlica es hermafrodita y se reproduce a gran velocidad, por lo que es propensa a causar graves daños en ecosistemas y cultivos.
Su origen es del África tropical y actualmente afecta territorios de Sudamérica, islas del Pacífico y otras zonas tropicales del mundo.
Es el molusco terrestre de mayor tamaño, y aunque es una especie vegetariana, puede comer prácticamente de todo, incluidos excrementos. En cautiverio, también puede consumir alimentos de origen animal, como comida de perros y gatos.
Los adultos miden 20 centímetros de largo y 10 de ancho. El caparazón es de color castaño con bandas claras y oscuras, con un círculo rojo en la base que lo distingue de otras especies.
La Seam es la encargada de recibir las denuncias en caso de la aparición de los caracoles en zonas urbanas. El Senave es el ente encargado de recibir las denuncias de la presencia de estos moluscos en cultivos agrícolas.
En caso de encontrar un caracol, la persona debe tomar las precauciones pertinentes para colocarlo en un frasco. De esta forma los especialistas pueden identificarlo debidamente.