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A las 09:05 partió desde el aeropuerto Silvio Pettirossi el vuelo de Aerolíneas Argentinas a bordo del cual fue extraditado oficialmente el peligroso criminal Carlos Antonio Caballero, alias “Capilo”, informó el periodista de ABC TV Christian Rappenecker.
Capilo había sido trasladado hasta la principal terminal aeroportuaria en medio de un fuerte operativo de seguridad, que incluyó varias camionetas de la Policía, una importante dotación de agentes y hasta tiradores apostados en varios puntos.
Caballero llegó al aeropuerto poco después de las 08:00, habiendo partido casi una hora antes desde la Agrupación Especializada de la Policía, sitio en el que guardó reclusión hasta este viernes, mientras cumplía la condena que le había impuesto la justicia paraguaya y esperaba la extradición solicitada por la brasileña.
Una vez en la principal terminal aeroportuaria, Caballero fue llevado por el propio jefe de la oficina paraguaya de Interpol, comisario Luis Arias, y varios de sus agentes, hasta el interior de un avión de la empresa Aerolíneas Argentinas. Dentro de la aeronave, los agentes paraguayos hicieron la entrega oficial a sus pares de Brasil, quienes se encargarán de acompañar a Capilo hasta el vecino país.
En Brasil afrontará cargos por asociación permanente para el tráfico transnacional de drogas, tráfico transnacional de cocaína, posesión ilegal de explosivos y de armas de fuego y tráfico internacional de armas de fuego y municiones de uso prohibido o exclusivo.
Capilo fue capturado junto a Jarvis Chimenes Pavão el 27 de diciembre de 2009, en la estancia El Hotel en la zona de Yby Yaú, departamento de Concepción. El narco recibió una condena de 7 años por lavado de dinero, violación de la ley de armas y asociación criminal, mientras que Jarvis fue sentenciado a 8 años.
El cumplimiento de la extradición del capomafioso al Brasil estaba supeditado a la conclusión de las causas que posee en Paraguay. En julio de 2011, la Sala Penal de la Corte confirmó la extradición de Caballero y Pavão, que había sido rechazada en primera instancia por Tadeo Fernández.
Según los antecedentes, la justicia brasileña había manifestado que, a más de tráfico de cocaína (por este caso en particular de unos 430 kilogramos, armas y municiones), Capilo “exportaba” matones desde Pedro Juan Caballero para realizar las ejecuciones a pedido del Primer Comando Capital.
Desde la cárcel, Caballero seguía siendo pieza clave en el esquema del grupo criminal brasileño y hasta se encargaba de mover sus influencias políticas para conseguir una ley que prohibiera la extradición de paraguayos, legislación que lo hubiera favorecido a él, de acuerdo a una investigación del diario ABC Color.