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La idea de crear una empresa con inclusiva surgió dentro del programa de desarrollo de habilidades de la Fundación Arranco. El principal objetivo es que las personas con discapacidad intelectual puedan seguir con su proceso de integrarse a la sociedad interactuando en un espacio laboral. Lo recaudado irá en un porcentaje para contribuir con la organización.
Según, Rodrigo Sosa, director de Candela, son 10 personas con discapacidad las que conforman el equipo de producción y se encargan principalmente de fraccionar y empaquetar los productos, además de colaborar en el proceso de elaboración. Este grupo lo completan tres personas más que no tiene discapacidad intelectual, quienes se encargan de la supervisión y el área comercial.
Según su relato, la planificación dio su puntapié aproximadamente en marzo de 2017 y en octubre se llevaron a cabo los primeros procesos de industrialización.
“Cuando empezamos entre noviembre y diciembre eran todos los días que estábamos produciendo, en enero tuvieron vacaciones, luego volvimos a abrir la planta, y cada vez que entre un pedido ellos vienen. Pero sinceramente, el primer pedido que entregamos fue antes de la Semana Santa”, confesó Sosa.
Añadió que están trabajando con un equipo para buscar un contrato y políticas convenientes para la firma, teniendo en cuenta su carácter inclusivo. “El impacto directo es el tratamiento, porque les permite seguir creciendo, pero nosotros cuando tengamos un flujo de pedidos vamos a pagarle un salario fijo y estamos trabajando de hecho con un equipo sobre cuál va a ser el contrato legal”, puntualizó.
El director de este emprendimiento recordó que el impacto positivo en el equipo fue inmediato, porque en la fundación se trabaja con las motivaciones. “En el cierre del año hicimos una remuneración simbólica con lo que están súpercontentos”, sostuvo.
Explicó que hasta ahora trabajan con 10 personas con discapacidad porque es lo que humanamente pueden, ya que hay que acompañarlas de cerca constantemente. “La persona que está encargada del grupo en la parte de producción trabajó durante cuatro años con ellos en su desarrollo, porque tiene que haber un vínculo para lograr el trabajo”, especificó.
Indicó, finalmente, que las limitaciones de la empresa hasta la fecha nada tienen que ver con la discapacidad intelectual sino más bien con la burocracia existente en todos los papeleos y gestiones que son requeridos, además de la inversión capital.
Algunos de los trabajadores de esta empresa son Agustín Lledó, Beatriz Cano Codas, Natalia Silva Facetti, Guillermo Sanabria, Renata Girala y Elva Dávalos.