Cambiando al nuevo guaraní

La supresión de los tres ceros de la moneda guaraní será un proceso que durará al menos cuatro años. La reforma, que contiene aspectos más positivos que negativos, no acarrea inflación como muchos creen, señalan los expertos.

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Ayer publicábamos los fundamentos del proyecto “Nuevo Guaraní”, en líneas generales. Uno de los miembros del directorio del Banco Central del Paraguay (BCP), Rafael Lara, en una entrevista concedida hoy –en un esfuerzo por profundizar el tema que es de interés general– adelantó algunos detalles sobre el proceso de implementación de esta reforma, que en un sector genera expectativas y en otros dudas.

Este es un tiempo en el cual el clima económico que presenta nuestro país, con sus indicadores macroeconómicos estables, favorece a que esta reconversión sea implementada. Para el experto, tenemos una sólida posición externa, cuentas fiscales en orden y una banca matriz que se esfuerza por mantener la inflación dentro de parámetros normales.

Si bien este escenario, para los economistas, resulta óptimo, técnicamente hablando hay dudas generadas desde la ciudadanía con respecto al valor que tendrá la moneda reconvertida, en cuanto al poder adquisitivo. En este punto, los técnicos coinciden en que el guaraní no sufrirá cambios en su valor adquisitivo y por lo tanto aseguran que no habrá inflación.

Es decir, cuando existe un aumento constante y sostenido de los precios hay inflación; en el caso de la reconversión, solamente habrá un ajuste de escala. “Es para sincerar el valor de la moneda a lo que era desde 1950 hasta la fecha. Creemos va a tener un efecto positivo para la población en general, ni qué decir para las empresas en el esquema de sinceramiento sobre el valor de la moneda”, manifiesta Lara.

El precio del combustible se reducirá, pero al mismo tiempo los sueldos, el precio de los colegios, de las universidades, etc., de forma lineal y gradual, en un plazo de tiempo, como estipula el proyecto de Ley. En este sentido, la reglamentación también indica que tres meses antes de la salida de la nueva moneda, todos los comercios deberán exhibir sus precios en los dos formatos.

Un plazo de al menos cuatro años es el que estima el Banco Central para que se complete el proceso que plantea este proyecto. Los nuevos y viejos billetes convivirán en el mercado por al menos dos años simultáneamente, hasta tanto se dé un flujo natural de recambio.

Una vez que el Congreso convierta en Ley este proyecto, y cuando se concreten todas las campañas de capacitación, el BCP iniciará todo el proceso mencionado más arriba. La banca no está en condiciones de hablar de en qué momento arrancará la maquinaria, ya que considera que las decisiones políticas navegan en otro ámbito.

En el caso del redondeo para los sistemas financieros y contables, este tema es motivo de preocupación en algunos sectores. Sin embargo, Lara explicó que la ciudadanía se verá incluso favorecida con el cambio, porque el redondeo será para abajo, según también se contempla en el proyecto de Ley.

El BCP ya realizó más de 500 jornadas de capacitación en todo el país acerca del impacto de esta política y la preparación que todos los actores de la sociedad deben tener en cuenta. Hoy por hoy continúan en los esfuerzos para llegar a más gente, manifestando que hasta el momento no hubo mayores objeciones.

Ahora solo queda reimpulsar las decisiones políticas en el Ejecutivo y en el Congreso para que la practicidad del guaraní sea un hecho.

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