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Tras una copiosa lluvia registrada hace algunas horas en esta parte del país, esta capital departamental se transformó en algo parecido a la romántica Venecia.
Es que las calles se transformaron en verdaderos ríos, ocasionando serios trastornos a las personas que obligatoriamente deben transitar por las calles tras las lluvias.
A pesar de que una gran parte de las calles de esta capital departamental fueron asfaltadas por la administración a cargo del intendente liberal José Carlos Acevedo, no se tuvo en cuenta la construcción previa de un desagüe pluvial, por lo que cada vez que cae una lluvia las calles se inundan.
Las aguas corren fuertemente, ocasionando serios contratiempos a transeúntes como también a los que transitan a bordo de vehículos y motocicletas.
Los pobladores que viven en los lugares más bajos de la ciudad sufren serios contratiempos, ya que, según las denuncias, con el asfalto el agua se desliza con más rapidez y hasta llegan a inundar casas creando un sinfín de trastornos a sus moradores.
También hubo quejas de casilleros de la Línea Internacional (zona comercial) donde las mercaderías de los comerciantes se mojaron porque el raudal entró a las casillas recientemente construidas por la Unión Europea. Esto representa pérdidas para los comerciantes porque los productos quedan dañados.