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Aparecida es un centro espiritual que, cada 12 de octubre, recibe a miles de peregrinos.
Unos 500 compatriotas están alojados en las parroquias de esta diócesis. La mayoría están en casas de familias, mientras otros acampan en colegios y parroquias.
El recibimiento que ofrecieron anoche fue muy cordial. Los anfitriones brasileños prepararon cánticos, representaciones teatrales e incluso sirvieron la cena y gaseosas. La integración fue total, pues la mayoría comulga un ideal cual es la fe en Cristo.
Los paraguayos tuvieron que realizar un maratónico viaje de 36 horas para llegar a Aparecida.
En el trayecto hubo varias paradas y la más prolongada fue la que se hizo en Maringá, donde todos los peregrinos olimpistas vibraron con la victoria de su club, ante la atenta mirada de los brasileños.
El viaje fue largo, pero al mismo tiempo fue muy agradable, porque los peregrinos desde hace tiempo prepararon juegos y mucha música, incluso hubo momentos para ver películas, en los confortables colectivos arrendados por los jóvenes.
Las familias brasileñas también manifestaron su alegría al recibir a sus “nuevos hijos”. Algunas llevaron a dos, otros hasta a cinco peregrinos para alojarlos en sus casas.
Hoy, los peregrinos compatriotas saldrán por los barrios para llevar el Evangelio a los vecinos de las parroquias y luego se reunirán para almorzar para, a la tarde, continuar con un encuentro de catequesis.
Este sábado, todos se reunirán en el santuario de Aparecida, donde habrá misa y eventos artísticos organizados por los dueños de casas, quienes de esta manera les darán la bienvenida a sus visitantes.
Se estima que unos 5.000 jóvenes paraguayos participarán de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se realizará del 23 al 28 de julio, en Río de Janeiro, Brasil. En Aparecida, Sao Paulo, este grupo participa de la premisión, antes de la cita principal, donde se anuncia la presencia del papa Francisco.