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Monseñor Claudio Giménez, obispo de la Diócesis de Caacupé, ofició esta mañana la misa central, punto álgido de las celebraciones en honor a la Inmaculada Concepción de María, ocasión en que desarrolló como tema central la miserocordia.
Aprovechó la ocasión para repudiar las “acciones inmisericordes”, entre las que citó la politiquería en que “se denigra al otro, se acusa al otro, para ganar las elecciones. Eso ya no cae simpático a nadie”, expresó para luego ser aplaudido por la feligresía presente ante la explanada de la basílica.
Entre otras acciones “que ya no tienen cabida con Dios” mencionó además “esas acciones inmisericordes que se dan también en nuestros propios bosques hacia el Norte”. Indicó que estas acciones “reciben el repudio general -es impresionante- y va creciendo ese repudio”. “La mayoría repudiamos por ejemplo la violencia armada”, agregó. Por otra parte, condenó además la violencia hacia “el inocente por nacer. Queriendo justificar con ley una acción injustificable, porque esta va contra el derecho a la vida y esta es la peor y más inhumana discriminación”, expresó.
Entre otras maneras de violencia, citó además la intrafamiliar, donde las principales víctimas son las mujeres. “Repudiamos la violencia en casa -nos duele que sucedan esas cosas- y la violencia contra la mujer”, apuntó para luego recalcar que “Dios rechaza la violencia porque va contra la misericordia”. Haciendo un paralelismo, señaló que “a veces suelo ver cómo los animales se acarician y demuestran ternuda”. “¿Y nosotros”, se preguntó al lamentar el trato violento entre personas.
Por otra parte, señaló como otra obra “inmisericorde” la manera en que el Congreso distribuye el Presupuesto General de la Nación. “A propósito de misecordia, se me planteó esto: por qué se dejó a los casi 32.000 ciegos sin presupuesto y sí se aseguró un presupuesto millonario para un partido político”, cuestionó. “A lo mejor hay razones suficientes, pero bueno... Tratemos de corregir estos problemas que a lo mejor surgieron”, exhortó.
Insistió en que la Iglesia “nos enseña un trato diferente” entre personas, “nos habla de misecordia”. Monseñor Claudio Giménez cuestionó además la “soberbia como gobernantes, como políticos, como profesionales, como empresarios... Los hijos a veces son soberbios con sus papás; eso no agrada a Dios”, agregó. Reafirmó que “a Dios le gusta la humildad de corazón” y recordó la actitud de María cuando le anunciaron que concebiría un hijo: Jesús.
“La humildad como María, que -pese a no entender lo que estaba diciéndole el ángel- preguntó y pidió aclaración de cómo iba a suceder eso y, una vez aclarado, ella allí aceptó plenamente”, refirió para luego agregar que “también podemos ser así nosotros cuando no entendemos algo: pedir aclaración y no hacer 'solo lo que se me antoja porque a mí me gusta o me conviene'”. Abogó por “trabajar en equipo con Dios y en equipo con las personas con quienes estamos, con quienes nos rodean, buscando el bien de todos”.
La misa central de Caacupé en el marco de las festividades marianas -que podría ser la última celebrada por Claudio Giménez- contó con la presencia de altas autoridades, entre ellas inclusive el presidente de la República, Horacio Cartes.