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La desastrosa situación de la citada unidad, que a cada instante sufría desperfectos mecánicos, hizo que el viaje se retrase en demasía; incluso, puso en riesgo la vida de los pasajeros. Los únicos héroes como siempre son los choferes que se animan a conducir los obsoletos colectivos.
La Dirección Nacional de Transporte (Dinatran) tiene puestos de control a lo largo de la ruta Transchaco, pero sus agentes hacen la vista gorda a este tipo de unidades que fácilmente sobrepasaron los 30 años de vida útil. Los empresarios alegan no enviar unidades más nuevas a la zona del Chaco debido a la situación precaria de los caminos. Las cubiertas están gastadas y no tienen las mínimas comodidades, pese a cobrar un costo elevado por el pasaje.
Las unidades enviadas a la zona tampoco cuenta con sanitarios, por lo que los que más sufren son las mujeres y niños a la hora de realizar sus necesidades fisiológicas, ya que por lo general deben rebuscarse entre las malezas a un costado del camino.