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El hombre de 68 años está imputado por abuso sexual en niños y abuso sexual en personas bajo tutela, ya que la Fiscalía comprobó la existencia de daño psicológico en la denunciante.
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El calvario de la joven comenzó a los 8 años, cuando progresivamente empezó a sufrir toqueteos en sus partes íntimas, bajo el argumento de su padre de que eran “muestras de cariño”.
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Posteriormente, las justificaciones para los abusos pasaron a ser amenazas. La denunciante indicó que, por ejemplo, cuando estuvo a punto de hacer su primera comunión, su padre la amenazó para que no cuente nada incluso en la confesión ante el sacerdote.
Si bien el acoso y abuso disminuyeron momentáneamente durante la adolescencia, el agresor no desaprovechaba ocasiones para intentar abusar de su hija. Incluso, llegó a hacerle propuestas indecentes, como comprarle juguetes sexuales o llevarla a conocer moteles.
Al cumplir la mayoría de edad, la joven se animó a denunciar la situación a su madre, que reclamó al hombre la deleznable práctica y este salió del hogar. Desde ese momento no se conoce su paradero, por lo que se dictó su captura.
Por resguardo a los derechos de la víctima se obvian los datos de ésta así como del agresor.
La causa es llevada por la fiscala Sonia Mora y la jueza que dictó la captura del sospechoso es Lici Sánchez.