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Entre una playa de venta de vehículos y la Escuela de Bellas Artes, a un costado de la avenida Próceres de Mayo, antes de llegar a Rodríguez de Francia, existe desde hace años un basural.
La lluvia, el sol, el frío y el viento compactaron este basural en un rincón, amenazando con convertirse en un gran criadero del mosquito transmisor del dengue.
Lo peor de todo es que ahora se arrojan cubiertas viejas, que se convierten en grandes acumuladores de agua que, a su vez, sirven al mosquito transmisor del dengue para reproducirse.
La basura es arrojada por los vecinos, por los carriteros y, pese a estar a la vista de todos, los funcionarios de Aseo Urbano de la Municipalidad de Asunción –aparentemente- pasan por alto esta suciedad.