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El Superintendente de Bancos, Hernán Colmán, insistió en que ellos, como autoridad encargada de fiscalizar las operaciones de entidades bancarias, no detectaron elementos que generen una alerta de presuntas operaciones ilegales entre BASA (exbanco Amambay) y el banco Paulista del Brasil.
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“El dinero registrado remitido del Paulista viene de electrodomésticos y (equipos) electrónicos, y están todos respaldados por empresas que operan en el mercado de cambio. Esa documentación la estamos recontra revisando, y si encontramos algo vamos a ser los primeros en comunicar a la justicia”, indicó Colmán, justificando que ellos hicieron los controles, pero las documentaciones, a priori, aparentan legales.
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Sin embargo, delaciones premiadas en el caso Lava Jato, que en parte fueron publicadas por Globo de São Paulo, refieren que se utilizaron facturas falsas para respaldar las operaciones de cerca de 6,7 billones de reales entre BASA y el Paulista. “Identifiquemos cuáles son esas empresas y si son reales o no”, planteó el superintendente.
“Yo no tengo identificadas las supuestas facturas que ellos dicen que son falsas, del muestreo que estamos haciendo (...), cuando va a la Superintendencia obviamente no puede hacer el 100%, se toman al azar y están comprobadas esas operaciones. Tienen despachos aduaneros y no podemos asegurar que no tengamos fallas; pero, ¿cuáles son las empresas que ellos dicen tienen facturas falsas?, esa es la cuestión que requiero para darte una respuesta más precisa”, dijo.
Insistió en que pese a que ellos realizan los controles cruzados con la ayuda de la Subsecretaria de Estado de Tributación (SET) y Aduanas, son los bancos los obligados de controlar a los clientes y garantizar que las operaciones que realizan estén justificadas legalmente, es decir, BASA debió prácticamente autodelatarse en este caso.
“El control individual y el 100% queda en los bancos, porque ellos son los sujetos obligados; nosotros como supervisores lo que vamos es a tratar de validar si el sistema de prevención de los bancos está acorde a la normativa de Seprelad y a la normativa de los controles internacionales”, justificó.
Insistió en que ellos no encontraron nada llamativo en las operaciones de BASA, puesto que “todas esas operaciones tienen un sustento real” y que no creen que el dinero se haya traslado en un avión, puesto que las “operaciones de exportación de divisas se hacen a través transportadoras legales, que declaran, están constituidos, tienen control de policía y aduana”.
Tampoco encontraron nada llamativo, puesto que el dinero movido por los bancos supuestamente no excede los volúmenes del comercio internacional. “La alerta se daría cuando el comercio intrafronterizo sea de 1000 y los bancos estén exportando 2000 o 2500, pero las remesas físicas de divisas son menores al comercio intrafronterizo, entonces ninguna alerta va a demostrar ninguna situación irregular”, insistió.
Para el Superintendente de Bancos, el comercio de cigarrillos tampoco les despierta alerta, pese a que se estima que solamente en Brasil la venta de tabaco mueve anualmente US$ 500 millones y el total del comercio transfronterizo ronda en total los US$ 4000 millones.
“Es una hipótesis, pero nosotros revisamos operaciones respaldadas por documentaciones. La mayoría (de los productos comercializados en frontera) son electrónicos, productos de vestir. Cigarrillos... creo que hay una o dos tabacaleras que tienen sus reportes, sus facturas”, refirió.
No obstante, reconoció que el “contrabando y la corrupción como grandes vulnerabilidades en el país”, pero que esos son delitos que no persigue su institución al igual que el delito precedente del lavado de dinero, lo cual es materia de la Secretaría Nacional de Prevención del Lavado de Dinero y Bienes (Seprelad).