Los habituales artesanos de las calles más céntricas de Asunción esperan con impaciencia la llegada del pontífice, cuya visita atraerá a cientos de miles de turistas que el Gobierno ha estimado que llegarán de Argentina y Brasil para ver al líder religioso.
“Con mucho entusiasmo estamos esperando al papa y también esperamos a la gente le sigue y que viene con él, para que nos compre nuestra artesanía paraguaya”, dijo a Efe Simona López, artesana con más de 30 años de historia en la calle Palma, la arteria principal del casco antiguo.
Según López, ya se siente la llegada de algunos argentinos y brasileños. “Pero no hay tantos como esperábamos”, dijo la artesana.
El Gobierno paraguayo ha previsto que más de un millón de turistas, principalmente de los países vecinos, lleguen a Asunción para acompañar la segunda visita de un pontífice al país.
Juan Pablo II fue el primer papa, en 1988, en visitar Paraguay.
Por su parte, el Ministerio de Salud argentino dijo que se prevé el desplazamiento a Paraguay de “un millón y medio” de argentinos, para lo que desplegará diez bases sanitarias en las provincias de Formosa, Misiones, Chaco y Corrientes.
“Para nosotros significa mucho porque más del 90 por ciento de los paraguayos son católicos. Por eso hay mucho entusiasmo, no sucede todas las veces que un representante de Jesús venga a nuestro país”, expresó Atanasio Mato Mareco, otro tradicional artesano de la calle Palma.
La Municipalidad de Asunción ha pintado tres tramos de esta calle y los ha convertido en peatonales en vísperas de la llegada del pontífice, que atravesará con sus papamóvil la zona conocida como “microcentro” de camino al Palacio de Gobierno, donde se reunirá con el presidente paraguayo, Horacio Cartes.
Policías y militares custodian los lugares más simbólicos del centro que verá muchas de sus calles cortadas durante los días de eventos masivos que protagonizará el papa.
La plazas aledañas al Panteón de los Héroes, al Congreso y al edificio del Centro Cultural El Cabildo están llenas de vendedores ambulantes que aprovechan la ocasión para cambiar la venta de camisetas de equipos de fútbol por la de sombreros, banderas y remeras con el rostro del papa.
Mientras tanto, cientos de trabajadores se afanan por terminar de instalar el escenario que el papa usará frente a la Bahía de Asunción y el Palacio de Gobierno.
Y preparan también los asientos de la explanada de la Catedral Metropolitana de Asunción donde Francisco oficiara un rezo en su segundo día de visita.